Aunque a lo largo de las últimas semanas ya se daba por hecho que habría acuerdo, y el viernes pasado ya sabíamos que los últimos flecos del acuerdo prácticamente se habían cerrado, hasta esta mañana no se ha anunciado oficialmente que Opel ha sido adquirida por el Grupo PSA para convertirse en la nueva marca del grupo automovilístico francés, junto a Peugeot, Citroën y DS. El acuerdo, que se ha cerrado por 2.200 millones de euros, convertiría al Grupo PSA en el segundo fabricante de Europa, por volumen de ventas, tras Volkswagen. Con la llegada de Opel, Grupo PSA se convertiría también en el mayor fabricante de vehículos, por volumen de producción, en España.
El Grupo PSA se habría hecho con las filiales de General Motors, con Opel y Vauxhall – la marca que comercializa los productos de Opel en Reino Unido – por 1.300 millones de euros. Los 900 millones de euros restantes se corresponderían con la financiera de General Motors en Europa, en una operación al 50% en la que también ha estado presente BNP Paribas.
En el comunicado de prensa en el que se ha anunciado el acuerdo, y como toda una declaración de intenciones de PSA de la mano de su dirección, y en palabras de Carlos Tavares, se asegura que el Grupo PSA tendrá como objetivo mantener la identidad de Opel, como marca.
¿Qué sucederá con Opel y su tecnología?
El Grupo PSA no solo ha adquirido una marca, sino también todos sus productos, seis fábricas de ensamblado de automóviles y componentes, un centro de ingeniería en Rüsselsheim y 40.000 trabajadores. General Motors sí mantendrá su centro de ingeniería en Turín, Italia.
Por otro lado, General Motors se ha comprometido – en un movimiento tal vez inusual – a permitir que la nueva Opel, ahora en manos del Grupo PSA, mantenga la tecnología de General Motors durante un periodo de tiempo aún no determinado, hasta que con la llegada de nuevas plataformas, y el relevo generacional de sus productos, permita a PSA a utilizar su propia tecnología.
Aunque el movimiento está dirigido específicamente a que General Motors cese sus actividades en Europa, el acuerdo también habría incluido cláusulas que permitirían a los de Detroit participar en el capital del Grupo PSA. También se habrían estrechado lazos para aumentar su colaboración tecnológica en el futuro, sobre todo con el aprovechamiento de tecnologías desarrolladas por General Motors en los últimos años, como la referente a sus coches eléctricos.
Fuente: Diariomotor