Los hábitos de alimentación mejoran y cada vez son más las personas que eligen cuidarse. Claves y consejos para mantener una dieta balanceada en también en el lugar de trabajo.
Desde siempre, “comer en la oficina” fue sinónimo de “comer un sándwich” o, peor aún, de “comer mal”. Sin embargo, los tiempos cambian, los hábitos de consumo se vuelven más saludables y hoy quienes trabajan en una empresa buscan opciones para mejorar la calidad de vida gastronómica. Un estudio reciente de Gama Gourmet, una empresa dedicada al desarrollo de soluciones gastronómicas que nace de la fusión entre la cocina de autor, la restauración colectiva y las modernas tecnologías aplicadas a la alimentación, analizó las viandas que más solicitan en las oficinas a la hora de almorzar.
Sorprendentemente, las alternativas más saludables se llevaron la amplísima mayoría. Prácticamente la mitad se inclinó por el pollo y las carnes (entre los dos rubros sumaron 46,45%). Luego siguieron las ensaladas (19,82%), las pastas (16,59%), los platos fríos (7,51%) y las tartas (7,24%). Muy lejos, en los últimos escalones, se ubicaron los sándwiches (1,81%).
“Hasta hace algunos años, el hecho de comer mal en el lugar de trabajo era una realidad palpable”, dice Alejandro Raizman, socio fundador de Gama Gourmet, empresa de soluciones gastronómicas que desarrolló, entre sus propuestas, la línea de viandas Control Kcal, de sólo 300 calorías. “Son frescas y saludables, permiten calcular el consumo y mantener una dieta equilibrada y nutritiva sin renunciar al sabor”, aporta Raizman. Y asegura que todas las viandas de la compañía se preparan de forma balanceada.
De todas formas, Raizman advierte que “el vértigo de la vida cotidiana hace que sea muy difícil mantener a diario una dieta sana y equilibrada”. Sin embargo, nota que “cada vez más, la gente elige cuidarse”.
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Una de las cosas que cambiaron, y que posibilitan este incremento de la comida sana en oficinas y empresas, es el crecimiento de la oferta: hoy son muchas las compañías que ofrecen viandas caseras y almuerzos alternativos, a costos razonables, como para que se conviertan en “la” opción de los mediodías.
“En los últimos tiempos creció notoriamente el número de personas que nos piden regularmente viandas de 150 o de 250 calorías para comer bien y medido, continuar más livianos con la jornada laboral y, al mismo tiempo, cuidar su salud con opciones nobles y variadas”, coincide Andrea Jatar, creadora de Viandas de la Olla, que vende comidas caseras listas para ser servidas, cocinadas preferentemente con ingredientes naturales o de pastura. “Lo que más sale en este momento son los platos con algún tipo de carne, verduras o cereales y, cada vez con mayor frecuencia, muchos comienzan a animarse con alternativas menos convencionales, como las viandas con legumbres”, concluye Jatar.
¿Algunos consejos sencillos a seguir? “Lo principal es que sea variada: no comer todos los días lo mismo”, dice Graciela Roveta, propietaria de Süss Cupcake Café, un tradicional restaurante de la zona de Martínez. Y sale en defensa de los “villanos gastronómicos”: Los sándwiches también pueden ser saludables si usamos para elaborarlos un buen pan casero y productos nobles. Roveta considera que también es posible incorporar colaciones saludables en el mundo de la oficina, con “granola, yogures, panes caseros sin conservantes y con semillas y hasta un bol de frutas”.
Otra costumbre saludable es que las empresas respeten el horario de almuerzo. “Es algo que alentamos, pero que no siempre se cumple”, admite Raizman. Gama Gourmet aporta en este sentido la solución Pick&Eat, un servicio para organizar el almuerzo del staff sin generar gastos adicionales: funciona como un kiosco que ofrece comidas, sándwiches, tartas, ensaladas, postres y bebidas y es atendido por personal de Gama Gourmet en un espacio cedido por la empresa.
La tendencia es irrefrenable: la comida sana llegó también al lugar de trabajo. La escena de la persona saliendo a trabajar con su lunchera repleta de sándwiches, repetida hasta el infinito en películas y dibujos animados, parece estar quedando definitivamente en el pasado.