El Global Business Pulse de Grant Thornton es un estudio que encuesta a empresas del mercado medio, provenientes de 29 países, en donde se analizan las perspectivas que pueden potenciar el negocio y las barreras que pueden frenarlo. De esta manera, el índice que mide la salud de las empresas medianas va desde -100 a +100 dependiendo de los resultados. Para la primera edición del Global Business Pulse del 2021, se entrevistó a 4627 líderes de todo el mundo, de los cuales 76 fueron argentinos.
Adentrándonos en el contexto nacional, vemos que el optimismo entre los líderes cae 17 puntos porcentuales respecto de la última edición. En este caso, el 30% de los líderes se muestran optimistas para los próximos 12 meses, frente al 47% del segundo semestre del año pasado. Es el valor más bajo registrado desde 2018, en donde alcanzó apenas el 26%.
Si bien las expectativas de ingresos (58%) y beneficios (39%) crecieron frente a la edición anterior, ocurre lo contrario con las exportaciones. Las mismas disminuyeron un 14% y se encuentran un punto por debajo en comparación con la primera edición del 2020. En este sentido, los líderes se sienten más esperanzados de cara a los ingresos y beneficios, teniendo en cuenta la campaña de vacunación que está teniendo lugar en el país y la recuperación que vayan experimentando los negocios. Por otro lado, las restricciones a los vuelos y algunas medidas tomadas frente a las exportaciones parecieran influir en el pensamiento de los encuestados para los próximos meses.
Frente a esta realidad, Leonardo Frada, Socio de Auditoría afirma: “la mirada de la comunidad de negocios local sobre las perspectivas económicas para este 2021, en el contexto de un optimismo decreciente, rescata los efectos positivos de la salida de este tiempo-Covid19: más allá de alguna baja circunstancial en las exportaciones por el efecto restrictivo aerocomercial en vías de corregirse, la vacunación masiva apalancará la suba de ingresos, los proyectos de inversión algo demorados, incluyendo I&D y niveles de empleo”.
En relación con los precios de venta, la mayoría cree que aumentarán, con el 68% de ellos opinando de esta forma, frente a un 8% que cree que disminuirán. Sin embargo, este valor se encuentra siete puntos por debajo de la edición anterior, en donde el panorama del comercio exterior era aún más incierto. De esta forma, Argentina se encuentra en tercera posición respecto de los países con mayores expectativas de incremento frente a esta variable, por detrás de Turquía y Nigeria.
En cuanto a los proyectos de inversión, los encuestados creen que la inversión en tecnología de la información será la más redundante, con el 57% de los líderes afirmando un incremento para las mismas. Este valor se posiciona 15 puntos por encima del segundo semestre del 2020 (42%) y 14 puntos del primero (43%). Incluso supera al 45% del primer semestre del 2019, previo a la llegada de la pandemia. Esto se debe principalmente a que, durante la cuarentena, la tecnología ha pasado de ser una palanca de crecimiento a convertirse en un factor de continuidad del negocio. Ya sea ayudando a los empleados a realizar su trabajo u ofreciendo una plataforma para suministrar productos y servicios, la tecnología ha hecho posible nuevas formas de hacer negocios. Luego de más de un año conviviendo con la pandemia, no quedan dudas de que la transformación digital y la innovación son factores clave para desarrollar la resiliencia operativa de las empresas.
En este sentido, Sergio Verón, Socio de Business Process Solutions comenta: “en el contexto actual la tecnología sigue ocupando un lugar muy importante, ya que no sólo tiene que ver con inversiones para tener procesos más eficientes y que agreguen valor a los clientes, sino que en estos tiempos se ha transformado para muchos en inversión necesaria para asegurar el funcionamiento de los negocios. Las compañías están repensando su negocio”.
En segundo lugar, se ubica la I&D, con el 41% de los encuestados creyendo que se incrementará la inversión para este campo de trabajo. Detrás aparece la inversión en nuevos empleados (36%); planta y maquinaria (34%); y por último la inversión en nuevos edificios registrando tan solo un 18%. Resulta lógico pensar que, con el advenimiento del teletrabajo y la incertidumbre por el manejo de la pandemia, no se tenga en cuenta este aspecto para el futuro cercano.
Adicionalmente, las expectativas de empleo (33%) crecen 10 puntos respecto de la última edición (23%). Esta creencia se asocia con la posibilidad de retomar la producción de servicios, la cual fue prácticamente destruida con la cuarentena. A medida que la población sea vacunada, menores serán las restricciones y los protocolos para poder brindar servicios. Cabe destacar que el derrumbe de la actividad provocado por la pandemia agravó la situación del mercado laboral en una Argentina que lleva más de una década sin generación significativa de puestos asalariados en el sector privado.
A su vez, el 86% de los líderes argentinos afirma que durante los próximos 12 meses incrementará los salarios, pero sólo el 11% lo hará por encima de la inflación. Esta última cifra cayó 8 puntos porcentuales respecto de la edición anterior, donde el 19% aumentaría los salarios por encima de la inflación.
Barreras
Dentro de las barreras que limitan la expansión del mercado medio, la incertidumbre económica resulta la más significativa a todos los niveles. En este sentido, el 78% de los encuestados cree que es la mayor barrera frente al crecimiento de su negocio. Crece 5 puntos respecto de la edición anterior (73%) y 6 puntos respecto del 2019, previo a la pandemia. Como sabemos, en la Argentina es realmente difícil predecir lo que sucede en plano económico, más aún en un contexto de alto déficit fiscal.
Asimismo, las regulaciones y burocracia se ubican en segunda posición con el 58% de los líderes considerándolas como otra barrera de expansión. De todas formas, decrece 13 puntos porcentuales respecto del semestre anterior (71%). Uno de los aspectos más importantes que alteró el coronavirus han sido los rápidos y constantes cambios regulatorios necesarios para controlar el riesgo de infección y a los propios empleados. Cambiar la regulación es frustrante para todas las empresas, pero particularmente para las más pequeñas, que tienen menos recursos y menos conocimiento especializado.
Otra limitación que surge principalmente debido a la pandemia es la escasez de recursos financieros, con el 42% de los encuestados señalándola como obstáculo para la expansión. Muchas empresas han tenido que recurrir a ayudas del Estado o de entidades financieras para poder solventar la caída de sus ingresos. Sin embargo, estas ayudas no durarán para siempre y todo quedará en manos de la situación sanitaria y el posible repunte de la actividad que pueda surgir de esta.
En menor medida, entre las demás restricciones limitantes se encuentran los costos laborales (37%); costos de energía (36%); reducción en la demanda (33%); infraestructura de transporte (30%); y disponibilidad de trabajadores calificados (30%).
“Los próximos meses seguramente serán los que mostrarán si las perspectivas en los negocios siguen recuperando optimismo, y fortaleciendo el concepto de seguir trabajando fuertemente en la capacidad de adaptación al contexto actual”, concluye Verón.