Las tecnologías digitales son hoy un fenómeno arrasador, que alcanza a todos los sectores económicos del país. Dentro de este efecto boomerang, la industria de pagos se está transformando y modifica su rol tanto en las operaciones de los negocios como en la vida cotidiana de las personas.
El auge de Internet, el flujo constante y cambiante de los mercados, y la inmediatez de la información, han llevado a que la posibilidad de pagar de forma móvil sea un instrumento más a la hora de afrontar el dinamismo del mercado actual.
En este contexto, la seguridad se convierte en una herramienta vital para proteger a los consumidores. Los medios de pago móviles significan una gran ventaja en cuanto a la inmediatez del procedimiento, pero a la vez representan un gran vector de ataques, debido a la expansión y generalización en el uso de carteras virtuales en dispositivos. A través de ello, el usuario se convierte en un objetivo de delito.
¿Cómo equilibrar los riesgos de seguridad, privacidad y comodidad? Si bien a muchos usuarios les genera dudas respecto a su uso, la implementación del pago móvil es cada vez mayor y conlleva a que el miedo al robo de identidad o a una fuga de datos no minimice su adopción ya que prima la comodidad y beneficios que brinda. En el caso de los bancos, por ejemplo, los pagos móviles están regidos por las normas de seguridad que los clientes requieren. En los casos de implementaciones particulares se apunta a una seguridad de dos vías o al uso de tokens.
Pues entonces, ¿cómo lograr que esta herramienta tenga riesgos mínimos? ¿Qué medidas de ciberseguridad podemos adoptar?
Sin lugar a dudas, la autenticación de dos factores y los códigos de autenticación hacen que los pagos móviles sean más seguros. Es decir, El doble factor de autenticación es un segundo paso de seguridad, una herramienta de validación que da un paso más a la contraseña tradicional. Lo que evita son los ataques de phishing y pharming, que son dos delitos típicos del sistema. Un ejemplo de herramientas de protección son los tokens o las tarjetas de coordenadas.
Desde Hasar Sistemas, estamos convencidos que mediante el uso de elementos existentes que ayuden a la autenticidad del propietario del celular, este tipo de pagos es seguro y va a propagarse muy rápidamente. ¿Cuál es el foco? Específicamente tokens de identificación (por hardware o software) y lectura biométrica (mediante la interfaz de lectura que ya cuentan los smartphones).
En concreto, la llegada de los pagos móviles es una realidad para las plataformas de comercialización de productos y servicios. El punto es subirse a la ola, estar actualizado y conocer en qué aspectos facilitan los procesos de pago y en qué puntos hay que manejarse con recaudos.
Algunos desafíos que se presentan ante esta nueva herramienta son:
- El cambio cultual que implica la utilización del dinero digital por parte del usuario y del comercio.
- La penetración de smartphones de última generación con chips NFC – Near Field Communication, es una tecnología estándar de comunicación inalámbrica, de corto alcance, que facilita el intercambio de datos entre dispositivos – es muy baja en América Latina, y los comercios necesitan tener incorporados lectores de este tipo, lo cual representa un costo adicional.
En cuanto a las ventajas del uso de pagos móviles, las principales son:
- La rapidez en su uso por parte del cliente
- El avance de las herramientas para disminuir los pagos con dinero en efectivo
- La posibilidad de centralizar los medios de pago en un único dispositivo
- El trabajo en conjunto de las grandes compañías desarrollando las soluciones para impulsar su uso
Sin lugar a dudas, se requiere brindar una particular atención a la implementación de ciberseguridad en estos casos; por la dinámica del mercado, el acelerado crecimiento del uso de los pagos móviles, y la exigencia de los usuarios.