La industria de los medios y el entretenimiento es uno de los mayores negocios sobre la Tierra.
Y también es una de las actividades que ha sufrido el mayor impacto de la revolución tecnológica. La sociedad híper conectada nos trajo descargas de música y videos online, contenidos para dispositivos móviles, etc.
Con este trasfondo sectorial, en una exclusiva conferencia para la prensa, el IAE lanzó el Centro de Investigaciones para la Industria de los Medios & Entretenimiento de Latinoamérica (CIMEL), con el apoyo de Movistar, Nokia y The Walt Disney Company.
Y la presentación estuvo a cargo de un viejo conocido de MATERIABIZ, Roberto Vassolo, profesor de estrategia del IAE, quien ha colaborado con varios artículos en esta comunidad.
Así, tras los anuncios institucionales, Vassolo presentó los resultados del primer proyecto del flamante centro: una investigación antropológica sobre las costumbres y preferencias de consumo de entretenimiento en segmentos de ingresos medios y bajos de Buenos Aires y San Pablo (lo que el management llama “la base de la pirámide”).
Desde luego, la elección del tema no es casual.
Las multinacionales del rubro conocen bien las preferencias de sus clientes ABC1.
Pero tienen menos información sobre los segmentos medios-bajos que representan nada menos que el 45 por ciento de los habitantes. Y allí precisamente se encuentran las mayores oportunidades de crecimiento.
Así, veamos algunas de las conclusiones de la investigación:
1) ¿Cómo se vive la diversión?
A priori, este cronista intuía que la relativa cercanía geográfica y cultural entre Buenos Aires y San Pablo (sociedades sudamericanas de ascendencia ibérica) debía de reflejarse en patrones homogéneos de preferencias de entretenimiento.
Sin embargo, la investigación encontró fuertes diferencias interculturales.
El argentino de la base de la pirámide concentra su consumo de entretenimiento en actividades de fin de semana. El brasileño, por el contrario, procura divertirse todos los días.
2) El entretenimiento, ¿un factor de integración social entre la juventud?
Tanto en Buenos Aires como San Pablo, el entretenimiento parece un gran factor de integración para la población menor de 25 años.
De hecho, la investigación del IAE señaló que los jóvenes de bajos ingresos comparten una misma cultura de diversión con sus pares acomodados.
Todos utilizan Internet, teléfonos celulares y reproductores de mp3. Este fenómeno se explica, en parte, por un progresivo declive de los costos de acceso a la tecnología.
En los segmentos de adultos, por el contrario, sí se observan diferencias en los modos de entretenimiento según los estratos sociales.
Mientras que entre jóvenes adultos ABC1 se registra una fuerte penetración de nuevas tecnologías, los segmentos de menores ingresos siguen optando por plataformas menos complejas como la televisión, el DVD y la radio.
4) Mujeres y tecnología, como agua y aceite
Finalmente, la investigación reveló una profunda diferencia de género en el uso de la tecnología con fines de entretenimiento.
Los hombres de bajos ingresos son amantes de la tecnología y procuran acceder a aparatos cada vez más complejos.
Las mujeres, por el contrario, no incluyen aspiraciones tecnológicas en sus costumbres de diversión. Ellas prefieren un entretenimiento más variado, explorar opciones nuevas y manifiestan mayor afinidad con actividades que vinculen la diversión con el aprendizaje.