Dentro del segmento retail, aparecen tendencias del mercado orientadas hacia la aplicación de tecnologías que permitan soportar el creciente movimiento de las transacciones, bajar los tiempos del check out y, en consecuencia, brindar un mejor servicio.
Un ejemplo de modernización, pendiente en el 99% de las empresas de retail argentino, radica en “tecnologizar” sus procesos y plataformas de venta al público.
En este aspecto, una tendencia mundial, consiste en ayudar a mejorar el proceso de compra, a través de la instalación de los denominados “puntos de venta” o terminales, distribuidos dentro de un local comercial.
Estas nuevas terminales o “kioscos” cuentan con tecnología táctil y permitirían al consumidor realizar el check out por sus propios medios, sin necesidad de la asistencia de algún empleado.
Sería el propio comprador quien operaría la terminal, pasaría el código de barras de los productos, a través de un scanner, y pagaría el importe de la operación al pasar su tarjeta de crédito o débito por el posnet incorporado en el kiosco.
Por otro lado, mientras esta tendencia se encuentra muy desarrollada en países como EEUU, México y Brasil -y existen empresas locales analizando su implementación-, el mercado argentino aún está muy retrasado.
Esto sucede, en gran parte, porque la tecnología dominante en la mayoría de las cadenas de retail no está preparada para procesar un alto nivel de compras, lo que genera extensas colas de carritos cada fin de semana.
Por ello, a nivel beneficios, el nuevo sistema de autoservicio en puntos de venta implicaría un importante ahorro para la empresa, ya que desaparecería la figura del cajero tradicional, -donde el mismo vendedor podría encargarse del check out, la facturación y la entrega de ésta al cliente- y se ahorrarían los costos que implican las reparaciones de equipos ya obsoletos como las cajas registradoras convencionales.
La hora de modernizarse y de buscar la eficiencia llegó para el retail argentino, no sólo para bajar costos y evitar problemas técnicos, sino también para competir en un mercado cada vez más exigente y con un consumidor cada vez más demandante, donde pelear por el precio más bajo ya no alcanza.
Ahora, brindar un buen servicio con eficiencia al momento del delivery es mandatorio.