El Grupo Pelco, empresa tratadora de residuos industriales, invirtió $40 millones en 2017 para aumentar la capacidad de tratamiento en sus dos plantas principales en Santa Fe y Pacheco, en la implementación de nueva tecnología y en la ampliación de su nómina de personal.
Además, la empresa especializada en el tratamiento de residuos especiales e industriales creció 27% respecto del año pasado, ya que ha logrado consolidar su cartera de clientes e incorporar nuevos. Este fuerte crecimiento se basa principalmente en una mayor concientización del empresariado a la hora de contratar este tipo de servicio y en la mejora del clima económico que se manifiesta.
“Queda aún un largo camino por recorrer, ya que todavía hay muchos residuos peligrosos que se desechan por vías informales. Aunque en estos dos años los gobiernos nacional y de la provincias de Buenos Aires y Santa Fe han avanzado mucho para mejorar el sistema”, sostuvo Claudia Kalinec, directora del Grupo Pelco.
A pesar de ello, el cambio avanza. Desde el Gobierno Nacional se está evaluando una Ley de Residuos Peligrosos (técnicamente debería ser de Residuos Industriales, ya que los otros son una subcategoría de éstos) que sentará nuevas bases, ya que se buscará ejercer un mayor control sobre estos residuos, desde su generación hasta su destino final, ya sea por destrucción o reciclado. “No es una tarea fácil, porque la realidad es que implica un cambio de paradigma, existe una resistencia a contemplar la correcta gestión de los residuos como una responsabilidad no solo legal sino también y por sobre todo social, no es un costo más”, explicó Kalinec.
Sin embargo, la tendencia mundial es que la tecnología ayude a reducir la cantidad de residuos industriales con mejoras en los procesos, como ya lo han hecho plantas en la Argentina, de modo que el impacto económico y ambiental del tratamiento sea menor.
“Por ahora, lo que no se trata correctamente impacta en la salud de muchas personas y contamina el Ambiente. Es una realidad que hay que asumir, porque las incorrecciones ambientales se pagan siempre, muchas veces con la vida”, concluyó Kalinec.