Hace un tiempo Procter & Gamble (P&G) anunció a bombo y platillo su intención de meter el “tijeretazo” a su amplio portfolio de marcas. Y parece que la multinacional estadounidense de bienes de consumo está cumpliendo a rajatabla lo que dijo en su día. Tras vender en noviembre de 2014 la marca Duracell al inversor Warren Buffet, P&G está decidido a reducir aún su portfolio.
Según la agencia de noticias Bloomberg, P&G habría enviado documentos con los condiciones de venta de algunas de sus marcas a compradores potenciales como Henkel, Unilever y otras compañías.
Entre las marcas que P&G habría puesto a la venta figuran Wella y otras marcas de cosméticos y de perfumes. Con su “divorcio” de estas marcas, la compañía estadounidense espera ingresar en sus arcas hasta 19.000 millones de dólares.
P&G, que no se ha pronunciado aún sobre la información publicada por Bloomberg, percibe el 23% de sus ingresos, que fueron en 2014 de 83.000 millones de dólares, de la venta de marcas cosméticas como Pantene, H&S, Olay o Max Factor. El año pasado la división cosmética del gigante estadounidense facturó 19.500 millones de dólares. Con la venta de algunas de las marcas de este división (las de crecimiento más lento), el banco de inversión Exane BNP Paribas calcula que P&G dejaría de ingresar en sus arcas alrededor de 8.000 millones de dólares.
Sobre la venta de Wella por parte de P&G se lleva hablando ya desde hace bastante tiempo. La compañía norteamericana adquirió esta firma cosmética en el año 2003. Entre las posibles compañías interesadas en comprar Wella figura la alemana Henkel, que cuenta ya en su porftolio con varias marcas de cuidado del cabello.
Henkel tiene actualmente un “colchón” de 4.500 millones de dólares para posibles compras, pero no confirma ni desmiente su interés en Wella.