Llega fin de año y la fiesta para el personal se acerca.
Recortes presupuestarios, ideas remanidas, búsqueda de opciones diferentes y no siempre muy exitosas son las que se crean desde algunas áreas corporativas.
El encuentro es una obligación? Los empleados lo disfrutan tanto como los superiores creen? Darles dos horas de 5 estrellas al año es un premio?
Tal vez es hora de empezar a pensar en opciones que realmente les puedan interesar y que vayan a aportar resultados tangibles a la empresa. Podemos diseñar eventos donde retornemos los objetivos primarios -disfrutar, reunir, participar- dejando de lado montajes más irreales y experiencias más extremas que terminan nivelando hacia abajo. Así como todos en los casamientos están hartos del carnaval carioca, en los eventos corporativos es hora de cambiar la corneta de tribuna por la flauta de la orquesta.
La imaginación siempre al poder: la creatividad vinculada a la calidad convierte a un agasajo en algo realmente apreciado.
Aquí hay una serie de ideas para poner a rodar el evento de fin de año con el concepto esencial de pensar que la idea es que todos disfruten, que no asistan sólo por cumplir, que se enriquezcan en el proceso y que valoren el esfuerzo que la empresa realiza por ellos (y que la empresa, realmente lo realice).
* Determine el número de participantes: con o sin parejas? Será últil que estas últimas participen?
* Y si innovamos celebrando en otra fecha? O llevándolos al teatro? O convocándolos a un evento artístico a los que habitualmente no acceden disponiendo el sitio adecuado para que lo disfruten como tal?
* Si no aspiramos a un evento que dure toda una noche, sino un encuentro acotado, disfrutable, enriquecedor y creativo?
* Quizás no sea el momento de convertir parkings en grandes escenarios o antiguos mataderos en salas de baile. De momento, puede resultar más económico alquilar espacios preparados para eventos, que requieran de poca inversión en decoración. Pavarotti en el gallinero sería tapado por el cacareo.
* No hace falta convertir al salón en una fiesta temática. Lo enriquecedor será el contenido, no el continente.
* Es un momento interesante para agasajar a clientes y proveedores, tal vez una forma de acotar costos y agrandar acciones enriquecedoras.
* La comida pantagruélica en muchas ocasiones compite con el atractivo del evento. Una copa y un bocado sabroso puede ser un mejor acompañamiento.
* Invertir más en deslumbrar con la propuesta que en ninguna otra cosa. En acompañar esa inversión con calidad para transformale su valor al doble de su precio.
* Los canapés se digirieron rápido, el champagne a veces cae mal y a muchos no les gusta, pero el alma nutrida se lleva toda la vida. Y si probamos con la flauta traversa? Solo por si acaso alguien sea diabético y la flauta dulce le sea prohibitiva.