La artrosis de cadera suele ser una patología muy frecuente a partir de cierta edad; y en la actualidad es muy común que se recurra a tratamientos basados en cirugías o kinesiología. Esto, muchas veces resulta desalentador para los pacientes que la padecen. Sin embargo, nos hemos encontrado con un nuevo avance médico para el tratamiento de esta afección a partir del plasma rico en plaquetas, una técnica no quirúrgica que presenta una alta efectividad para el tratamiento del dolor.
Síntomas de la artrosis de cadera
Los pacientes con artrosis de cadera presentan como primera manifestación de su enfermedad la limitación de la movilidad, primero en la rotación del miembro y luego de la flexión. Por ejemplo, una persona con artrosis de cadera sintomática presenta limitación para rotar el pie o atarse los cordones. En un estadio más avanzado de la enfermedad, se manifiesta dolor al caminar, lo que podría llevar al “rengueo” imposibilitando una caminata normal.
Existen múltiples factores para desarrollar artrosis de cadera como el sedentarismo, actividades que impliquen la rotación de la cadera (bailarines), la obesidad (dado que la rodilla es una de las articulaciones en las que mayor carga se produce), entre otros.
La artrosis de cadera y el tratamiento del dolor
Es habitual que tanto médicos como pacientes consideren a la artrosis como sinónimo de dolor. Sin embargo, esta afirmación no es correcta. Una persona puede tener artrosis sin dolor, o tener dolor y que la artrosis no justifique los síntomas (por ejemplo, dolor de origen músculo-ligamentario).
El dolor producido por la artrosis es un dolor mecánico: se manifiesta al utilizar la articulación, no se presenta en reposo y habitualmente va acompañado de la limitación del movimiento. Tradicionalmente, el tratamiento más utilizado para la artrosis ha sido el farmacológico; si bien es importante saber que esto sólo se usa para calmar los síntomas, ya que la posibilidad de curar o detener la enfermedad es completamente nula.
En general, se recetan analgésicos como el paracetamol o antiinflamatorios como el ibuprofeno y el diclofenac. Pero, se debe tener en cuenta que esto puede afectar el aparato digestivo del paciente. Es importante tener en cuenta que los antiinflamatorios producen daño renal en pacientes añosos.
En la actualidad, los tratamientos más frecuentes, además del farmacológico, son la kinesiología y la cirugía de cadera. Pero, en los últimos años la medicina ha encontrado nuevos caminos entre estas dos opciones.
El plasma rico en plaquetas se ha comenzado a aplicar dentro de la articulación de la cadera. Para ello, se le efectúa al paciente una extracción de sangre, se toma del sector en donde se encuentran las plaquetas, y se inyectan dentro de la articulación. La efectividad de esta técnica depende de la habilidad del profesional y de la concentración de plaquetas inyectadas.
Hoy en día, es considerada una técnica muy segura, dado que el inyectable proviene de la misma sangre del paciente, lo que evita problemas de alergias. Asimismo, se ha demostrado que el plasma rico en plaquetas favorece el desarrollo del nuevo cartílago, disminuyendo el grado de artrosis y el dolor.
Al inyectar plaquetas se favorece naturalmente a la regeneración de la articulación dañada, permitiendo al paciente recuperar su vida normal. Por esto, esta técnica se ubica entre las terapias regenerativas biológicas, siendo una excelente alternativa y mínimamente invasiva para aquellas personas que no mejoraron con la kinesiología y por el momento no quieren operarse con un reemplazo total de cadera.
Para finalizar, es importante recordar que tanto el plasma rico en plaquetas como la Proloterapia son técnicas muy efectivas, logrando un grado de mejoría por arriba del 80%. El 20% restante depende de la actividad física y el fortalecimiento muscular que realice el paciente durante el tratamiento.