Actualmente el mercado ofrece dos grandes grupos de soluciones de software para soportar procesos de negocio. Una de ellas es la que brinda soluciones con un software especializado para determinada industria, y responde a necesidades puntuales de las empresas, como un determinado proceso productivo.
La segunda es el tipo de software que sirve para la administración de cualquier tipo de negocio, y tiene herramientas de configuración que permite especializar la solución para un determinado caso.
Entonces, la gran pregunta que surge habitualmente en una empresa, al momento de selección de una solución ERP, es qué tipo de software adquirir, entre estas dos alternativas posibles: software especializado para su propia industria o ERPs horizontales con modelos de implementación que se aproximen a sus propios negocios.
Una empresa constructora, por ejemplo, puede requerir el seguimiento de sus planes de obra minuciosamente, el control de sus avances y cuidado de sus máquinas, y a la vez necesitar lo que toda empresa requiere: informatizar su gestión contable, financiera y comercial.
El software vertical a menudo tiene los siguientes beneficios: está desarrollado con las soluciones ya preconfiguradas del segmento de la industria y atiende a las situaciones específicas del core de procesos de la empresa. Además, habitualmente, las implementaciones están a cargo de profesionales con larga trayectoria en la atención a empresas del sector, lo que permite tiempos de relevamiento mucho más cortos y efectivos.
En contrapartida, las soluciones horizontales son habitualmente más versátiles, están desarrollados con mayor inversión tecnológica y cuentan con buenos mecanismos de configuración para ser adecuados a las más variadas necesidades.
Por eso, a la hora de decidir qué elegir, es importante sopesar las distintas alternativas en el contexto de la empresa: si el core requiere la máxima atención en la automatización de sus procesos, y se requieren tiempos de implementación cortos, conviene ponderar mejor a las soluciones verticales; si se necesitan soluciones de backoffice más sofisticadas (tesorería, contabilidad, cuentas a cobrar y pagar), probablemente las soluciones horizontales tengan mejores herramientas.
También hay intersecciones y uniones disponibles en el mercado. ¿Qué entendemos por Intersecciones? Son soluciones para industrias verticales con capacidades de software horizontal. Las uniones, por otro lado, son software horizontal que incluyen facilidades para ser integrados a módulos verticales específicos de otros fabricantes.
Si hablamos de beneficios puntuales, operar en la intersección de esas dos posibilidades será sin dudas la más provechosa. Ya que como resultado se puede ofrecer un software que tiene todas las virtudes de un software horizontal pero que se puede especializar en lo específico vertical, dando mejor funcionalidad al producto, mejores características funcionales para el core business de la actividad que vamos a informatizar y, como si fuera poco, es más barato de implementar. En síntesis, la intersección toma lo mejor de esos dos mundos: las mejoras de proceso de implementación, la baja de los costos, la capacidad de los implementadores que tienen conocimientos específicos del mercado en el que operan y, por otro lado, también se suman los beneficios de tener un software tecnológicamente más desarrollado.
¿Cómo se consigue esto? Trabajando con un software de ERP horizontal y sobre esa solución trabajar simultáneamente en producir mejoras verticales e implementaciones pensadas para mercados específicos.
El implementar un software de ERP ha sido desde siempre un problema serio, un trabajo arduo que las empresas tienen que afrontar cuando deciden cambiar la plataforma, modernizarse o mejorar sus procesos internos. Hoy por hoy el dar la solución estándar relacionada con cualquier industria no es suficiente.
El desafío de las empresas que brindan este tipo de soluciones es lograr simplificar la implementación y a dar profundidad de cobertura, simultáneamente.