Seguro que en más de una ocasión te has fijado en esos pelillos oscuros que aparecen en los neumáticos, especialmente en neumáticos de coche nuevos, o poco usados. ¿Recuerdas cómo te fijabas en ellos en tu bicicleta, cuando eras un muchacho? Yo sí, me llamaban mucho la atención. Por aquél entonces pensaba que tenían una función aerodinámica, y que si los quitaba, mi bicicleta iría más despacio. Nada mas lejos de la realidad. En este artículo os queremos explicar por qué los neumáticos tienen pelos, y para qué sirven.
Los neumáticos tienen pelos, ¿por qué?
Hay que entender que los pelillos que rodean la superficie del neumático son consecuencia de su proceso productivo. Para fabricar un neumático se inyecta caucho a alta presión y temperatura en un molde, recubriendo la estructura metálica básica que da estructura y rigidez al conjunto. El conjunto está sometido a un gran calentamiento y presión. El caucho inyectado está en un estado fluido, y rellena poco a poco todos los recovecos del molde, antes de someterse al proceso de curación. No puede haber fallos en proceso productivo.
Aunque para eso están los equipos de verificación láser, por rayos equis y visual, la clave está en un correcto proceso de inyección. Para que no quede aire en el molde y los vapores del proceso de curación no formen burbujas que afecten a la estructura del neumático – y comprometan la seguridad del vehículo – existen agujeros de minúsculo tamaño repartidos por todo el molde. Por la izquierda, por la derecha, por todas las posiciones del molde. Es inevitable que por estos pequeñísimos agujeros se escape algo de caucho.
La representación de ese “escape” de caucho son esos pequeños pelos que recubren el neumático.
¿Se pueden quitar? ¿Afectan a la conducción?
No te preocupes, no afectan en absoluto a la conducción del coche. Los pelillos que recubren la banda de rodadura se desgastan rápidamente y a los pocos kilómetros de rodar habrán desaparecido al completo. Los presentes en los flancos de los neumáticos se pueden ir desgastando, especialmente si hay algún roce con un bordillo o se practica conducción en caminos. No obstante, muchos siguen presentes en el neumático cuando es necesario reemplazarlo por tiempo o desgaste. Acerca de quitar los “pelillos”, es completamente innecesario.
Es más, quitarlos puede entrañar un peligro para el neumático. Este peligro solo tendrá lugar si los quitamos de forma agresiva: cortarlos con una cuchilla o lijarlos puede provocar daños al flanco del neumático. Daños evitables que solo tendrán un – muy limitado – efecto estético a ojos del propietario del coche. Nuestra recomendación es no hacer nada, y acordarse del motivo por el que están ahí cada vez que los vemos. Recuerda que sin ellos, los neumáticos no podrían tener el rendimiento y la calidad de la que gozan hoy día.
Fuente: Diariomotor