En un buen equipo lo más importante son las personas y, entre ellas, la voz cantante, quien tira del resto y dirige, directa o indirectamente, las acciones para que todo salga lo mejor posible. Esa persona siempre es mejor que sea un líder y no un jefe, ¿sabes por qué? Te lo contamos en este artículo.
Te ve como a un igual, no como a un subordinado
Para un líder nunca vas a ser alguien que está a su cargo, sino alguien con la misma responsabilidad que él: sacar el proyecto adelante. Por tanto, tampoco te tratará con desprecio ni hará como si lo supiera todo para no quedar por debajo de ti.
Sabe cómo motivar al equipo
Un líder saber perfectamente cómo es su equipo y qué tiene que hacer para que funcione. Para trabajar en equipo es muy importante que haya un espíritu de equipo y que para que éste exista debe existir también una motivación común. Por esto, un líder sabrá buscar ese elemento de cohesión que haga que todo marche sobre ruedas.
Tiene en cuenta la opinión de los demás
Es consciente de que no lo saben todo y de que un equipo no funciona solamente con la opinión de uno mismo. Especialmente si cada miembro del equipo tiene una especialidad diferente, es muy importante que el líder escuche lo que cada uno tiene que decir de su parte para que las cosas puedan funcionar como es debido.
No exige y valora el compromiso
Un líder no te va a exigir nada las cosas como un jefe, sino que va a conseguir que te involucre y las hagas por propia iniciativa, no sólo por trabajo. Ten en cuenta que ellos tienen un alto sentido del compromiso que esperan en parte de los demás.
Predica con el ejemplo
Si quiere que los demás hagan algo, empezará por hacerlo él. Para un líder no vale eso de mandar y esperar a que lo haga otro, ellos son los primeros en ponerse manos a la obra y dar ejemplo a los demás. Desde luego nadie les podrá recriminar a los líderes que no hacen lo que dicen.