El arte y la tecnología han estado entrelazados durante siglos, desde la invención de la imprenta hasta la era digital. Sin embargo, con la aparición de la IA, el Chat GPT y el machine learning, las posibilidades para la creatividad son infinitas; el uso de las nuevas tecnologías en la industria creativa es recibido de igual manera con entusiasmo y escepticismo.
De acuerdo a datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 14% de los empleos a nivel global tienen una alta probabilidad de automatización, mientras que otro 32% enfrenta cambios significativos en la forma en que se llevan a cabo las tareas.
Desde la agencia creativa Cresci, explican que el ChatGPT y otros modelos de lenguaje similares son herramientas poderosas para la generación de texto y la interacción con los usuarios.
Sin embargo, afirman que hay varias razones por las que ChatGPT no puede reemplazar completamente el talento humano en el diseño:
- Creatividad y originalidad: aunque los modelos de lenguaje como ChatGPT pueden generar texto coherente, carecen de la capacidad de ser creativos y de tener ideas originales. El diseño requiere pensar de manera innovadora, generar conceptos únicos y abordar problemas complejos desde perspectivas diferentes. Estas habilidades creativas son difíciles de replicar en un modelo de inteligencia artificial.
- Intuición y experiencia: el diseño implica tomar decisiones basadas en la intuición y la experiencia acumulada a lo largo del tiempo. Los diseñadores humanos tienen la capacidad de evaluar una variedad de factores, como el contexto cultural, las necesidades del usuario, la estética y la funcionalidad, para crear soluciones y productos efectivos. ChatGPT no tiene experiencia personal ni una comprensión profunda de estos elementos.
- Comunicación y empatía: los diseñadores humanos no solo crean productos visuales, sino que también interactúan con los clientes y los usuarios para comprender sus necesidades y expectativas. Esta comunicación bidireccional y la capacidad de empatizar con los demás son fundamentales para diseñar soluciones que satisfagan las necesidades específicas de las personas.
- Interpretación y contexto: ChatGPT se basa en la información que ha sido alimentada durante su entrenamiento, pero puede tener dificultades para interpretar correctamente la información visual o comprender el contexto en el que se utilizará un diseño. Los diseñadores pueden considerar detalles sutiles, como la cultura, el tono de voz y las preferencias específicas del cliente, para adaptar su trabajo de manera efectiva.
- Iteración y mejora continua: el diseño es un proceso iterativo que implica recibir retroalimentación, realizar ajustes y mejorar constantemente el trabajo. Los diseñadores pueden aprender de los éxitos y fracasos anteriores, adaptarse a medida que avanzan y perfeccionar su enfoque con el tiempo. ChatGPT y la inteligencia artificial no tienen la capacidad de aprender de manera similar ni de mejorar de forma autónoma.
“Los diseñadores humanos aportan un conjunto único de habilidades y perspectivas que son difíciles de reemplazar por completo con inteligencia artificial. Si la tecnología remplazara lo que estamos haciendo hoy, se crearía un espacio para buscar otros retos, eso es lo que guía la inteligencia humana. La generación de ideas, en particular, ganará valor ya que la tecnología no puede producir ideas creativas y originales, solo puede adelantarse o informarlas”, finaliza Juan Crescimone, CEO de la agencia de diseño creativo Cresci.