Estar continuamente ocupados con diferentes tareas y llegar a acabar todas, no quiere decir que seamos personas realmente productivas. Podemos ser personas ocupadas, atareadas, que continuamente tienen cosas entre manos. ¿Sabes qué es lo que diferencia a estos dos tipos de personas? Aquí tienes 5 rasgos opuestos que te harán entender esta gran diferencia a la perfección.
1. Las personas ocupadas tienen muchos frentes abiertos, las personas productivas sólo tienen uno. Las personas que hacen de la productividad su modo de vida se enfocan en un solo objetivo, y una vez conseguido enfocan sus miras en el siguiente.
2. Las personas ocupadas dicen sí a todo, mientras que las personas productivas conocen la verdadera importancia de saber decir “no”. Es imposible abarcarlo todo en ciertos momentos de la vida profesional. Por eso cerrarse puertas es a veces más necesario de lo que parece.
3. Las personas ocupadas delegan simplemente para cargar con su trabajo a otras personas. Las personas productivas delegan con confianza, para ser más eficientes.
4. A las personas ocupadas les encanta quejarse del poco tiempo que tienen para todo y de lo atareadas que están continuamente. Las personas productivas aprovechan ese tiempo para sacar sus tareas adelante. Se enfocan y lo consiguen.
5. Las personas ocupadas piensan únicamente en el objetivo, mientras que las que son productivas visualizan el camino más efectivo para alcanzarlo. Enfocarse únicamente en lo que queremos conseguir sin pensar cómo podemos llegar a esa meta de forma eficiente, acaba con todo nuestro potencial.