El “Síndrome del Edificio Enfermo” es uno de los trastornos más comunes que afectan a las personas en edad laboral. Es un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire en espacios cerrados, en los que la temperatura es controlada artificialmente. Afecta a 1 de cada 3 edificios modernos. Cómo se origina, consecuencias y consejos para evitarlo.
Uno de los trastornos modernos que afecta a la visión y que es desconocido por la mayor parte de la población es el llamado Síndrome del Edificio Enfermo (SEE), denominación que comprende a un conjunto de enfermedades originadas o estimuladas por la contaminación del aire que se da en los ambientes laborales modernos. Por lo general, en estos lugares cerrados la temperatura y la ventilación son controladas totalmente a través de sistemas internos, en los cuáles no se abren las ventanas directamente al exterior para generar ventilación natural y el aire circulante proviene siempre de las cañerías internas. Según las autoridades sanitarias, actualmente uno de cada tres edificios modernos sufre de este síndrome.
A esto se suma la gran cantidad de partículas invisibles que despiden máquinas como impresoras, fax, monitores y fotocopiadoras, entre otras; comunes en este tipo de espacios. Asimismo, la poca o excesiva iluminación del lugar también es un factor de riesgo a tener en cuenta, ya que la abundancia de luz genera reflejos en las pantallas de trabajo de los puestos administrativos. Por las características mencionadas, este síndrome afecta principalmente a personas en edad laboral (18 a 65 años) que trabajan en oficinas y también puede darse en algunos recintos educativos modernos.
Las partículas liberadas por los diferentes accesorios tecnológicos habituales en estos lugares pueden adherirse a la superficie ocular, produciendo desde enrojecimiento hasta picazón y malestar al final de la jornada laboral. Además, puede llegar a provocar sequedad e irritación de las vías respiratorias, piel y ojos, dolor de cabeza, fatiga mental, resfriados persistentes e hipersensibilidades inespecíficas; conformando una patología que no solo afecta a la visión sino a la salud general del paciente.
El SEE suele tratarse mediante la indicación de un colirio adecuado. Pero la mejor forma de combatirlo es la prevención; y para ello existen una serie de consejos que se recomienda poner en práctica los mencionados espacios:
- Mantener una limpieza correcta del lugar, haciendo hincapié en los conductos de ventilación.
- Buscar una mayor entrada y salida de aire fresco, para lograr que el mismo se renueve.
- Procurar que la temperatura oscile entre los 22 y 24 grados.
- Mantener un buen clima laboral para fomentar el compromiso de todos los empleados en las medidas higiénicas de los instrumentos tecnológicos con los que trabajan.
- Ubicar las lámparas estratégicamente para que iluminen los objetos en los cuáles enfocamos la vista y no frente a los ojos.
- Utilizar lámparas blancas o de colores cálidos y evitar el uso de focos transparentes.
- Minimizar (en la medida de lo posible) el tiempo de exposición a pantallas, mantener la humedad ocular (mediante el pestañeo o la aplicación de lágrimas artificiales) y descansar la vista con frecuencia (cada 2 horas, cerrar los ojos durante 60 segundos).
- Consultar a su oftalmólogo al menos una vez al año. De surgir algún problema o patología visual relacionada con el SEE o de otra naturaleza, se puede identificar y tratar desde temprano; evitando así agravar sus eventuales consecuencias.
Si bien en la actualidad existen guías para ayudar a reconocer el problema, lo ideal y aconsejable es recurrir a un profesional para que evalúe la situación. La prevención es fundamental para reducir el índice del Síndrome del Edificio Enfermo, partiendo de la decisión de plantear el caso y de comunicárselo a los responsables dentro de estos espacios.