La innovación tiene que servir también para lograr llegar a estos nuevos consumidores y lograr atraerlos en un mercado cada vez más complejo.
La innovación es una obsesión para las empresas. Las compañías están obsesionadas con ser las más innovadoras de su mercado, con mantenerse siempre activas en términos de innovación y con ser por tanto diferentes a su competencia. Las marcas quieren ser distintas, quieren tener algo que las haga únicas y buscan ser siempre algo que llama la atención del consumidor y lo atrae.
Las firmas tienen además que entregarse a esta realidad no solo porque de este modo logren mantenerse diferenciadas de sus competidores sino porque los consumidores lo demandan cada vez más. La innovación es uno de los valores de marca que los nuevos compradores tienen cada vez más en cuenta, especialmente a medida que los millennials se convierten en una parte cada vez más decisiva del mercado. Para ellos, la innovación es un elemento prácticamente incuestionable, uno que tiene que existir sea como sea.
Además, a medida que los consumidores están más expuestos a más y más mensajes de las marcas y a medida que las compañías tienen que luchar en un mundo más y más complejo en el que las diferencias entre las diferentes firmas y los distintos productos son cada vez más mínimas, innovar puede ser la única alternativa a morir. Ser capaz de estar en todo momento innovando y haciendo cosas nuevas, ser capaz de hacer que los productos que se lanzan al mercado sean siempre distintos, es una de las pocas maneras que las empresas tienen de mantenerse siempre en la brecha.
Por ello, innovar es una preocupación genérica a las marcas y ser innovadora un deseo que todas las firmas quieren cumplir. Pero ¿qué es lo que hace que las firmas sean realmente innovadoras? ¿Qué es lo que tienen en común todas las firmas que han logrado encajar dentro de la clasificación de empresas innovadoras?
Qué es una empresa innovadora
La clave está en la rapidez, en la tecnología y en la capacidad de adaptación. Como apuntan en un artículo en Forbes en el que se analizan las marcas más disruptivas de 2015, el mercado se mueve ahora mucho más rápido que nunca y está mucho más subyugado que nunca por los cambios de tecnología. Las cosas cambian muy rápido y las marcas tienen que ser capaces de adaptarse a esos cambios.
La lista de las firmas más innovadoras del año incluye a firmas como Facebook, Alibaba o Netflix, nacidas al calor de la red y de las nuevas funcionalidades que está impone, pero también a marcas clásicas como Apple, Red Bull o Virgin America que tienen una vida mucho más amplia y larga y que sin embargo han conseguido mantenerse en la brecha. ¿Qué es lo que tienen en común todas estas firmas?
Por un lado, todas estas compañías tienen una cultura innovadora. La innovación forma parte de su día a día y de sus objetivos de negocio. Pero el peso de la innovación en su cultura corporativa no solo afecta a la propia firma. Es decir, los cambios que ellos imponen o sobre los que ellos trabajan no solo modifican las condiciones en las que operan esas firmas y sus productos o el modo en el que trabajan sus empleados, sino que además tienen un impacto real en la vida diaria de los consumidores. Ahí está el caso de Apple, que ha creado productos que han impulsado categorías nuevas, o el de las firmas de la economía colaborativa, como Uber o Airbnb, que han apuntalado y generalizado una nueva forma de consumo.
Su condición de innovadoras también se aplica a otros campos, como por ejemplo el modo en el que llegan a los consumidores. Estas compañías altamente disruptivas no solo emplean los recursos de siempre, los que funcionaban década tras década y compañía tras compañía no encajan en lo que ellos hacen. Las compañías innovadoras crean sus propios formatos y crean sus propias maneras de llegar a los consumidores. Ahí está, un vez más, Apple, que fue quien se sacó de la manga el concepto de los evangelistas. La innovación tiene que servir también para lograr llegar a estos nuevos consumidores y lograr atraerlos en un mercado cada vez más complejo.
Finalmente, se podría añadir que la innovación, tanto desde el punto de vista del estado de ánimo corporativo como desde el mucho más específico de los productos lanzados al mercado, tiene que ser algo real. Las marcas no pueden entregarse al postureo cuando se habla de innovación y no deben quedarse únicamente con el tono, con las promesas y con los elementos cosméticos que le hagan parecer una empresa innovadora. Tienen que serlo realmente, tienen que innovar de una forma tangible, ya que solo eso les permitirá que la innovación llegue realmente a los consumidores y las convierta en una firma especial.
Todo esto puede servir como punto de partida para comprender la importancia real de la innovación para evolucionar como empresa. Podemos destacar por ello, algunas de las máximas que Andrés Toledo, CEO director de Puromarketing nos ofrecía en un interesante artículo; “La innovación es el único recurso con el que puedes conseguir que tu competencia parezca completamente obsoleta”. “La innovación no está concebida para las personas conformistas. Queda reservada para quienes se muestran dispuestos a arriesgar y emprender a través de las ideas y los grandes cambios”. “Si has olvidado que innovar es importante, el fracaso tratará de recordártelo”