Originalmente se entendía como Bed & Breakfast (B&B) a la costumbre de dar alojamiento en un cuarto disponible en una casa particular. La traducción literal de “cama y desayuno” se debe a que los servicios brindados eran exactamente ésos: sólo un lugar donde pasar la noche y tomar el desayuno.
Por lo general el baño debía compartirse con la familia dueña de la casa y el desayuno se tomaba en la cocina o comedor común. Esta tipología, nacida en años de escasez económica, falta de establecimentos hoteleros económicos, necesidad de traslados y pernoctes, creció significativamente entre las familias venidas a menos dueñas de casas que no podían mantener.
Y fue así como, por ejemplo, se extendieron los B&B en el barrio de Belgravia, cerca de Victoria Station en Londres. Una zona de casonas victorianas cuyas familias propietarias vieron la oportunidad de sacar un provecho económico de las habitaciones sin uso.
Hoy en día el sistema B&B se ha diseminado en el mundo entero y no hay gran ciudad o pequeña población que reciba algún turista y no tenga el suyo. Las condiciones actuales del turismo masivo han hecho florecer los B&B y les dotaron de servicios mínimos que se exigen en la actualidad, como el baño privado.
De todas formas, muchas estructuras no están adaptadas a estos requerimientos y debemos tomar el tema del “baño compartido” como parte de la “experiencia B&B”. De hecho, es bastante común en otros tipos de alojamiento como los youth hostels, por ejemplo.
Con una mirada nostálgica, recuerdo que la primera vez que pisé un B&B fue para alojarme en una de esas casas victorianas en Belgravia. La dueña de casa me abrió la puerta y me acompañó al primer piso donde estaba la minúscula habitación. Tanto que la maleta durmió en el pasillo. El baño familiar estaba al lado de su dormitorio y había un horario específico para su uso por parte de los visitantes. Ducha, los martes.
El desayuno era en la cocina junto con la familia. Muy pintoresco si sumamos al té recién hecho, los panes tibios y a la mermelada de naranja… las salchichas fritas y los huevos del marido y los hijos de la dueña. El diario deportivo sobre la mesa y los últimos deberes de los niños sin terminar. Todo en el ambiente típico de cualquier familia que está siempre por llegar tarde al colegio.
Mucho ha cambiado desde entonces, hoy hay B&B de distintas clases, con mayor o menor especialización y calidad de servicios. En Londres, como en Paris y otras ciudades donde la vorágine inmobiliaria ha revalorizado muchas zonas, esos B&B cercanos a Victoria Station se han transformado en muchos casos en viviendas privadas donde el design puede adivinarse a través de sus ventanas celosamente cerradas.
Sin embargo, en zonas como Notting Hill puede encontrarse multitud de B&B y vivirse aquel ambiente, hoy “especiado” con los aromas orientales de las tiendas pakistaníes y chinas. La primer foto que ilustra este post, fue sacada hace poco allí, en Princes Square, transversal a la multiétnica Queensway, entre las estaciones de metro de Bayswater y Notting Hill Gate.
Hoy encontramos B&B de diseño, modernos, clásicos, rurales o superurbanos, eco-friendly, gay-friendly, económicos o caros, de cadenas o familiares.
Los B&B son siempre una alternativa económica, accesible, cercana en lo humano y generalmente bien ubicados, que debemos considerar seriamente cuando buscamos alojamiento para nuestro próximo destino.