En momentos de crisis es fundamental fomentar la comunicación con los empleados. Y eso es lo que hacemos en Fontenla. Quizás para una empresa grande esto sea más difícil y se maneje con el departamento de Recursos Humanos, pero en una Pyme es importante lograr la comunicación personal con cada empleado.
En este sentido decidimos duplicar esa comunicación y destacar la situación real de la empresa, las posibilidades futuras –hasta donde sabemos, porque ni los economistas pueden hacer una real análisis de lo que pasará–. Contar la verdad en todo momento es una herramienta fundamental porque crea lazos de confianza que no serán rotos ni en los peores momentos y así ambas partes podrán tomar decisiones sin que hayan malos entendidos ni problemas.
La idea es que el empleado conozca la situación de la empresa en cuanto a la posibilidad de ventas y el factor financiero. Que esté al tanto de la mecánica de funcionamiento pues así logra entender hacia dónde se está marchando, qué tipo de valores se invierten y cómo se reparten también los beneficios obtenidos.
Si un empleado no conoce la mecánica ni los objetivos trazados difícilmente pueda actuar en pos de lograrlos. Retacear la información, contrariamente a lo que se cree, solo genera una menor productividad. Para que un trabajador sea eficiente es necesario que se sienta cómodo y parte de un proyecto, y al mismo tiempo que intuya que sus necesidades son tenidas en cuenta, tanto en el plano laboral como personal.
Lo que se busca es concientizar al personal para que valoren y cuiden su propio empleo, poner en claro lo que implica tener trabajo. Si bien ahora se dice que los empleados ya no se ponen la camiseta de las empresas, creemos que eso se puede revertir si los empresarios se convierten en hinchas de sus asalariados.
De alguna forma, también se les pide eficiencia, colaboración para salir adelante porque la crisis de la empresa es una crisis para la empresa y para los empleados. Si a la empresa le va mal, a la gente que trabaja en ella también.
Si el ser humano está feliz y capacitado se desarrolla en él un mayor potencial, algo positivo para todos los actores del negocio.