¿Hasta dónde ha llegado la inversión de impacto en América Latina y cuáles son los pasos necesarios para aprovechar completamente el potencial de los negocios para abordar problemas sociales y ambientales en la región? Estas son las preguntas que más de 300 líderes en el campo de la inversión de impacto se reunieron a discutir en Mérida (México) durante el Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto realizado por New Ventures Mexico.
Entre los asistentes al foro se percibió confianza en la capacidad de los emprendedores para enfrentar estos problemas, así como una convicción de que hay capital disponible para apoyarlos. Sin embargo, si hay capital disponible y hay un número creciente de emprendedores creando modelos de negocios que tienen impactos ambientales y sociales positivos, ¿por qué no avanza más rápidamente el sector y por qué no se están haciendo más acuerdos?
Desde la apertura del foro y a lo largo de las conversaciones que surgieron a raíz de ella, la perspectiva de los inversionistas fue que el trámite del flujo de los acuerdos en negocios de impacto listos para inversión sigue sin desarrollarse. Eliza Erickson, ahora directora de inversiones de Omidyar Network, señaló que cuando trabajaba en Calvert Fund/Foundation tenía que decirles a sus colegas que no comenzaran a recaudar miles de millones de dólares para inversiones de impacto. “El problema no es el capital”, aseguró. “En estos momentos, el problema es saber dónde poner el capital”.
En los diferentes paneles y talleres del foro hubo consenso en que los aceleradores de negocios locales necesitan continuar enfrentando el asunto del trámite hallando y desarrollando emprendedores de impacto. Para que la inversión de impacto alcance todo su potencial como sector, y para que el capital comience realmente a fluir, los emprendedores deben poder generar negocios que puedan tener éxito y estén listos para recibir inversiones. Las habilidades de negocio que necesitan los emprendedores para alcanzar este punto necesitan obtenerse por medio de programas de aceleración. Los aceleradores también pueden ayudar a los inversionistas a pensar diferente para identificar a las empresas más innovadoras porque no están en riesgo de perder dinero de inversiones al elegir trabajar con alguna.
Continuamente se comentó la función de un ecosistema floreciente de apoyo para el emprendimiento como prerrequisito para el crecimiento de las inversiones de impacto. Kelly Michel, fundadora y directora general Potencia Ventures, se refirió a un ecosistema local sólidamente desarrollado como un “eje”. Señaló que Silicon Valley es el ejemplo más famoso de un eje exitoso de emprendimiento, algo a lo que se debe aspirar y que se debe replicar por toda América Latina para los emprendedores de impacto.
Jenny Everett, de la Red de Emprendedores de Desarrollo del Instituto Aspen (Aspen Network for Development Entrepreneurs, ANDE), hizo eco de esta misma idea de que los ejes son necesarios y se refirió a una idea que provino de una reunión del Comité Ejecutivo de la ANDE. La idea es que hay que inyectarle dinero y recursos a un área geográfica, algo así como “bombardearla”, para apoyar profundamente la creación de un ecosistema sólido. Esta área serviría entonces como programa piloto para demostrar los elementos necesarios de un ecosistema desarrollado de inversión de impacto.
Los conferencistas también hicieron relaciones entre la función de los aceleradores y la necesidad de ecosistemas, y observaron que los aceleradores tienen la función de ir más allá de simplemente incubar a los emprendedores. Deben pasar a desarrollar ecosistemas locales que apoyen a estos emprendedores en diversos niveles. “Los aceleradores siempre están bajo mucha presión y sus modelos a veces se ven en riesgo. Sin embargo, su función es fundamental para convocar inversionistas. De ahí surgirá la capacidad para generar un ecosistema”, señaló Mark Beam de Halloran Philanthropies en un panel titulado ‘Coinversión y financiamiento colectivo, ¿cómo embonar distintos tipos de inversionistas?’. “Los inversionistas necesitan apoyar a los aceleradores”, concluyó.
Hubo acuerdo generalizado entre los asistentes a la conferencia acerca de la importancia de los aceleradores y sobre el papel que deben desempeñar. Pero, ¿cuál es la mejor manera para que un acelerador local genere un ecosistema de apoyo para emprendedores que trabajan con productos y servicios nuevos en mercados en expansión pero arriesgados? ¿Qué necesitan realmente los emprendedores para tener éxito y para crear empresas viables que ofrezcan a los inversionistas acuerdos lo suficientemente sólidos para obtener capital e implementarlo para las inversiones de impacto?
Como señaló Marcela Zingerevitz en un panel sobre retos en la estructuración de acuerdos, las empresas le dan valor al acceso a una red y necesitan asociaciones estratégicas más que nada porque sus modelos de negocios y sus operaciones aún están en desarrollo. La base de un ecosistema de emprendimiento exitoso es una comunidad que genere vínculos entre emprendedores, y proveedores de servicio, inversionistas, capital humano, gobiernos y la cadena de valor. Los aceleradores deben servir como convocadores reuniendo estos elementos tan diversos para asegurar que los emprendedores de impacto tengan las mayores probabilidades de éxito y que los inversionistas se sientan confiados en el ambiente propicio que rodea a estos emprendedores. Implementando estos elementos necesarios en América Latina, quizá los inversionistas sientan la confianza suficiente para comenzar a recaudar esos miles de millones de dólares para las empresas de impacto.