Cada año una gran cantidad de proyectos en el mundo entero se hacen realidad gracias al financiamiento colectivo. Sólo en Kickstarter, plataforma madre del rubro, se han financiado miles de proyectos desde su creación. En Ideame, la versión latinoamericana con mayor presencia en la región (instaurada ya en 7 países), 1.700 creadores han logrado cumplir sus sueños y llevar adelante su proyecto gracias a la ayuda de la comunidad. Sin embargo, en las estadísticas mundiales, no todo es color de rosa: por cada idea que se concreta, dos quedan a mitad de camino sin poder alcanzar su objetivo económico[i].
Las plataformas de financiamiento colectivo son herramientas de gestión que desafían a los creadores a tomar las riendas de su proyecto. Desde bajar su idea a tierra, generar un relato, calcular un presupuesto, trabajar sobre la imagen y pensar qué estrategia comunicacional se llevará adelante; hasta instancias más avanzadas como hacer un testeo del producto en el mercado, recibir una devolución de su comunidad, enfrentarse a proveedores, administrar pagos y tal vez lo más difícil: salir a vender su idea. Aquí es donde muchos de ellos se quedan a mitad de camino.
Las campañas de financiamiento colectivo no sólo sirven para recaudar dinero, sino también para establecer vínculos con personas nuevas y fidelizar la comunidad de seguidores ya existente. Por eso la confianza y la transparencia que ofrecen tanto los creadores como las plataformas son una instancia clave.
En Ideame no hablamos de casos exitosos, porque existen muchos proyectos que si bien no logran concretarse económicamente, gracias al apoyo de la comunidad y el empuje de quienes están detrás terminan sucediendo, y esos casos (que suelen ser más de los imaginados) no figuran en ninguna estadística, más que en el recuerdo de las curadoras de proyectos que los ayudan a armar su campaña y se alegran de verlos realizados.
Cada plataforma opera de forma diferente. La más común es la modalidad “todo o nada” donde si un proyecto no recauda el total de lo solicitado, vuelve a manos de los colaboradores. Ideame comenzó con esta modalidad de recaudación pero al poco tiempo nos dimos cuenta que muchos de los proyectos podían concretarse de forma parcial aunque no tuvieran el total de la suma, sobre todo en las causas sociales donde cada aporte suma un granito de arena, por eso se implementó el “todo suma”. En esta instancia lo que prevalece es que el creador cuente qué metas puede alcanzar con el 10%, 25%, 50% y 75% del proyecto.
Ninguna campaña es igual a otra y es difícil predecir cómo va a reaccionar una comunidad, sin embargo, siempre se le aconseja al creador que piense un plan estimado día a día y esté permeable a recibir comentarios para poder mejorar esa idea.
A la hora de armar ese plan, si bien a cada proyecto en Ideame se le hace un asesoramiento personalizado, estos son algunos consejos generales que todo creador debe considerar:
- Determinar el mensaje de la campaña y encontrar el estilo más fiel al creador y al proyecto. ¡Las personas no se entusiasman sólo con ideas, sino con la pasión por hacerlas realidad!
- Si pedir ayuda genera una sensación de incomodidad, se puede enfocar en todo lo que motiva a concretar esa idea.
- El pilar de la Economía Colaborativa es la confianza. Un creador debe brindar a sus colaboradores la seguridad de que es capaz de desarrollar su proyecto y que podrá cumplir con la entrega de las recompensas.
- La red de contactos es una herramienta muy poderosa. Hacer un listado completo de todas las personas y categorizarlos (familiares, amigos, compañeros de estudio, profesores, colegas, etcétera) será de mucha utilidad para hacer un seguimiento personalizado, saber cómo responde cada uno y elaborar un cronograma de envío de mensajes y recordatorios. La importancia de esta lista es comprender el alcance de cada círculo, cómo comunicarse, qué tono usar y la frecuencia.
- Toda campaña atraviesa una meseta. Al principio, con el primer impulso de la difusión se reciben muchos aportes que ayudan a legitimar el proyecto. Promediando el período de recaudación, la participación suele disminuir, y aumenta al final, cuando faltan pocos días para el cierre. Todos los días se deben generar acciones para impulsar una campaña, sobre todo en el período intermedio de meseta.
- Existen quienes no pueden ayudarte con dinero, pero si pueden ayudarte a difundir tu campaña. En esos casos, debes pedirles su ayuda de forma precisa (incluso se aconseja enviar los mensajes que se desee que compartan).
- Cada red social tiene su propia lógica y su propio público. Es importante detectar cuál es la red que mejor se adapta al perfil del proyecto y adecuar el contenido según cada caso.
- Armar una gacetilla de prensa y hacer un listado de medios con los cuales contactarse. Se debe tener en cuenta el momento en el que se encuentre la campaña y el porcentaje que hayas recaudo. Si tu proyecto aún no alcanza el 10% es probable que los medios crean que no tiene el peso suficiente para ser difundido.
- Tal vez haya una porción de potenciales colaboradores que no se sientan cómodos con la idea de realizar un pago online. ¡Eso no debe ser un impedimento! Existen otras formas de captar esos pagos. Ideame cuenta con métodos de pago offline, en efectivo a través de un cupón de pago y transferencia bancaria.
Todas las campañas son distintas y tienen sus particularidades, pero sabemos que lo más importante es que el creador del proyecto sea el motor que la guía. Difundir un proyecto, puede ser uno de los más grandes desafíos en Ideame, por eso trabajamos codo a codo con los creadores, para acompañar este proceso y así disminuir el vértigo que produce dar el salto.
