Desde finales de los ’90, la Responsabilidad Social se ha extendido en la mayoría de los sectores empresariales, y especialmente en grandes corporaciones. Muchos de los que seguimos de cerca este fenómeno estaremos de acuerdo en que han sido dos los principales factores que han influido en su desarrollo:
1) Aumento del peso de las corporaciones en la economía
Por un lado, se ha hecho patente el papel dominador de las grandes empresas como actores principales de la economía, superando en masa crítica a la capacidad de muchos gobiernos.
La conciencia global de esta supremacía ha incrementado notablemente las expectativas que la sociedad tenía depositadas en las organizaciones privadas, en detrimento de los Estados que, arrastrados por una marea liberalizadora, han decidido “soltar lastre” para concentrarse en lo que saben hacer: legislar, cobrar impuestos, defender y poco más.
2) Período de crecimiento económico
Un segundo factor que ha impulsado la RSE ha sido la existencia de un largo período de “vacas gordas” en muchos países. Los buenos resultados financieros de muchas compañías les han permitido destinar partes crecientes de sus presupuestos a actividades socialmente responsables.
En este contexto de bonanza, muchas organizaciones han definido políticas en el contexto de la Responsabilidad Social o, como algunos la llaman, las 3 P (Profit, People & Planet).
Las etapas de la Responsabilidad Social
Si bien muchas organizaciones han implementado programas de RSE y hasta creado departamentos para tales efectos, no todas han adoptado el mismo enfoque ni han alcanzado el mismo grado de desarrollo en sus políticas.
Desde el surgimiento de las preocupaciones por la RSE, se han sucedido tres etapas que pueden clasificarse según el grado de vinculación entre las políticas de Responsabilidad Social y la estrategia del negocio:
1) Etapa de Responsabilidad Social filantrópica
En una primera etapa, ha predominado una Responsabilidad Social “informal”, sin estructura, ni orientación gerencial y dominada por un enfoque filantrópico.
2) Etapa de Responsabilidad Social comunicativa
Tras un comienzo basado puramente en la filantropía, algunas organizaciones han evolucionado hacia un segundo estadio de mayor conciencia global y de despliegue departamental donde el énfasis se pone en la comunicación (o, desde un enfoque más crítico, la “cosmética”).
La elaboración de memorias según GRI y diversas iniciativas de certificación de sistemas de gestión (normas SA 8000, SGE 21 y AA1000) se enmarcan en esta segunda fase.
Actualmente, gran parte de empresas que han hecho suya la bandera de la Responsabilidad Social están en la transición entre el primer y segundo nivel.
3) Responsabilidad Social estratégica
Un tercer grupo de compañías líderes, en su mayoría grandes corporaciones, han superado el mero discurso, para enraizar estos principios en sus valores corporativos y en su propia misión, en lo que algunos autores denominan “RSE estratégica”.
En definitiva, este es, a grandes rasgos, el panorama actual de la RSE. Ahora, la recesión global plantea dos interrogantes centrales:
¿Mantendrán y profundizarán las empresas sus prácticas socialmente responsables?
¿O quizá, ante las presiones por recortar gastos, finalmente quedará demostrado que el fenómeno no era más que un lujo sólo viable en tiempos de bonanza?
Las respuestas dependerán, en gran medida, de cuál sea el enfoque que cada empresa haya escogido para sus actividades de Responsabilidad Social. La reacción no será igual en organizaciones de RSE informal que en aquellas que la encaran como parte de su estrategia de negocio.
De esto hablaremos en un próximo artículo en MATERIABIZ.