Desde el auge del trabajo híbrido, se calcula que más del 70% de las empresas han migrado cargas de trabajo a la nube pública. Para lograrlo exitosamente, el plan debe considerar objetivos comerciales, costos, volúmenes de datos y aspectos de seguridad, entre otras variables.
La migración a la nube no se detiene. Según un estudio de la consultora Gartner, más del 70% de las empresas ya migraron al menos algunas cargas de trabajo a la nube pública. El entorno cloud permite conectar a los trabajadores que se desempeñan desde la oficina y desde sus casas entre sí y con los datos fundamentales para su operatoria diaria.
Asimismo, la nube ofrece diferentes plataformas diseñadas para gestionar, almacenar y organizar conjuntos de datos complejos con capacidad de respaldo para garantizar que los mismos se puedan restaurar si hace falta. Además, proporciona la posibilidad de escalar el almacenamiento en función de lo que se necesite.
“De hecho, a muchas pymes mover datos a la nube les brinda la posibilidad de contar con una copia de seguridad. Y, además, pone los datos a disposición de diferentes clientes, proveedores, empleados y otras organizaciones de todo el mundo. Para las empresas más grandes, por su parte, esta es una forma de almacenar de forma segura grandes cantidades de datos en una plataforma que permite que la integración de los mismos se lleve a cabo sin problemas” comenta Cristian Rojas, Chief Technology Officer de BGH Tech Partner, empresa especializada en este tipo de servicios.
Riesgos y desafíos
Migrar datos desde el propio datacenter a la nube (que en definitiva son instalaciones externas) es una iniciativa que presenta varios desafíos. Cabe indicar que en la migración de datos se transferirán datos entre sistemas de almacenamiento, sistemas informáticos y/o formatos de datos. Por ello, para encararlo con cierta fluidez será preciso tener visibilidad de los datos. Este es todo un tema para muchas empresas que no saben dónde están sus datos, o cuáles son los datos que deben mover.
“Con una estrategia correcta, que tiene que estar alineada con los objetivos comerciales, y un catálogo de datos moderno es posible migrar a la nube en tiempos relativamente cortos y con costos razonables, particularmente cuando se los compara con el costo de mantener la infraestructura de TI en las propias instalaciones” afirman desde BGH Tech Partner.
A nivel estratégico existen diferentes formas de realizar la migración, tipo “big bang” (proceso único durante el cual los sistemas en vivo experimentan un tiempo de inactividad. Los datos se extraen, transforman, cargan y se trasladan a la nueva base de datos) y por goteo, diseñado en fases, es más lenta pero evita las interrupciones operativas.
En cualquier caso, el plan de migración también debe incorporar políticas y soluciones de seguridad para el nuevo entorno, que den respuesta adecuada a los requisitos de cumplimiento. Es decir que las políticas de gestión de la organización deben estar en consonancia con las medidas que adopte el proveedor del servicio en la nube para garantizar la completa seguridad de los datos.
Factores de éxito
En las migraciones, el hecho de contar con un catálogo de datos moderno aporta dos cosas importantes: claridad sobre cuáles son los datos que deben priorizarse al migrar (ya que los metadatos etiquetan los datos más usados y útiles); y también ofrece visibilidad sobre los procesos y movimientos posteriores (a través del linaje), con lo cual disminuye el riesgo de perder información vital para el negocio.
En lo que atañe a los costos de la migración de datos a la nube habrá que considerar los volúmenes a migrar, la capacitación del personal en la nueva tecnología y el traslado de datos hacia o desde la nube. Todos estos factores se deberán conversar con el proveedor, para evitar sorpresas. “Es vital que pueda confiar en este proveedor, ya que en definitiva se le estará confiando datos comerciales fundamentales” finaliza Rojas de BGH Tech Partner..