Las redes sociales están revolucionando la forma en que miramos televisión, permitiendo un grado de participación jamás pensado. Durante este año, la “selfie” de Ellen DeGeneres durante la entrega de los premios Oscar batió récords, instaló el término y afianzó ésta tendencia. Sin embargo, el Mundial de Fútbol de Brasil 2014 representó el mayor acontecimiento a la hora de acaparar la atención en las redes sociales, en simultáneo con los partidos y los hechos que enmarcan su contexto. Los eventos de esta envergadura y los programas televisivos, incorporan en su propio formato la dinámica de compartir contenido, muchos de ellos sugiriendo un hashtag alusivo.
Según un estudio de ESPN Research Argentina1, en nuestro país, la mayoría de los encuestados son usuarios activos de redes sociales como Facebook (85%), mientras que Twitter ocupa el segundo lugar (47%). Y son los dispositivos tecnológicos los que cumplen un papel fundamental siendo el nexo entre el público y las redes sociales.
Mientras que las PCs de escritorio ocupan el primer puesto entre los equipos más utilizados en nuestro país (71%); los celulares (53%), notebooks (53%) y tablets (25%) comenzaron a ganar terreno, dando cuenta de la función de la movilidad como tendencia de uso.
Con el Mundial de Básquet, esta predisposición al uso de la segunda pantalla en simultáneo no se queda atrás y los contenidos se multiplican en diferentes plataformas. Hoy en día, los usuarios comenzaron a migrar en “usuarios móviles” siendo ellos mismos productores de contenido, sintiéndose cómodos en su rol de agentes activos.
La funcionalidad, diseño y portabilidad son claves en la producción de equipos tecnológicos ya que acompañan la hiperconectividad que escolta la transición de la televisión tradicional a la televisión social. Se trata de un doble desafío: por un lado, los productores deben desarrollar historias que puedan replicarse a través de diferentes plataformas y, por el otro, los fabricantes de dispositivos tecnológicos, deben escuchar a los consumidores y trasladar a su producción las necesidades y tendencias que acompañan las nuevas formas de vivir deportes y entretenerse.
Los acontecimientos deportivos que implican movilización de emociones, como Mundiales o Juegos Olímpicos, son un claro ejemplo de cómo toda una comunidad se alinea en torno a un mismo evento, detrás de una misma pasión. Las segundas pantallas comenzaron a ganar terreno y los dispositivos tecnológicos se convirtieron este año, en el aliado ideal para vivirlo con todos los sentidos y compartir los sentimientos que genera.