La inseguridad sigue creciendo, y con ella, también los robos e intrusiones en todas partes, incluyendo countries y barrios privados. Aunque cada propiedad se proteja con distintos sistemas de alarmas, una vez que un delincuente cruzó el perímetro del predio, el riesgo se potencia: los tiempos de respuesta ante un aviso de alarma se reducen y se corre el riesgo de que se produzcan situaciones de gravedad entre el delincuente y los propietarios. Por ende, se debería poner un acento especial en que no cruce este límite,
Y al emitir una póliza, las compañías de seguros tendrían que tener en cuenta si quien los contrata posee con seguridad perimetral o no, y si cuenta con los últimos avances en la materia, ya que ese aspecto puede ser decisivo respecto de la protección de la vida y los bienes de los asegurados.
Sin embargo, cuando se trata de asegurar un inmueble la seguridad perimetral no es un requisito. En general, las compañías de seguros no contemplan si sus clientes cuentan o no con un sistema de alarma perimetral, lo cual permitiría reducir eventuales robos y/o hurtos.
Lo cierto es que un cerco perimetral en el predio es la primera barrera contra un intruso. Si el inmueble posee otros sistemas de alarma estará protegiendo bienes internos, pero no su perímetro. Resguardar el contorno de la propiedad disminuye los intentos de intrusión, y por lo tanto tenerla o no tendría que influir directamente sobre la prima del seguro.
Para las compañías de seguros, el análisis de estas variables permitiría ajustar su oferta de acuerdo a la protección efectiva con que cuenta cada cliente, asi como también ofrecer tipologías diferentes de seguros a quienes aplican esas soluciones integrales.
Qué hay de nuevo
En el mercado internacional hay muchos avances tecnológicos en materia de seguridad electrónica, aunque lamentablemente a veces no llegan en tiempo y forma al país. En algunos aspectos estamos desfasados un par de años (y con las medidas de control de importaciones y la paridad cambiaria, el atraso puede ser mayor todavía).
Años atrás, cuando el usuario pensaba en la seguridad de su casa o empresa, como elementos de protección elegía cámara de TV o una alarma. Pero hoy hay un concepto mas claro de lo que significa contar con elementos y sistemas de seguridad, y la tendencia a nivel mundial apunta hacia una integración general de tecnologías. Con esto nos referimos a la gestión común de la seguridad electrónica (alarmas, monitoreo perimetral, video vigilancia por circuitos cerrados de TV, etc.) y a la seguridad física (casillas con vigiladores y perros, muros, y barreras en los accesos a un predio, por ejemplo).
La idea es que todos los sistemas de seguridad trabajen de una manera cada vez más sistémica. Lo que hoy se recomienda a nivel mundial, es que la seguridad física esté respaldada por un sistema de seguridad electrónica y responda a éste, apoyada por un sistema de monitoreo remoto de cada uno de los elementos. De forma que, por ejemplo, si una persona se va de viaje, a través de Internet pueda chequear las cámaras de los controles de acceso. En el concepto de integración y gestión común, las alarmas se vinculan con las cámaras y éstas a su vez con el sistema de control de acceso, de manera de brindar una mayor cantidad de prestaciones y un mejor tiempo de respuesta.
Esto hoy es posible dado el alto nivel de sofisticación de los equipos tecnológicos, que permiten que desde una Tablet o un smartphone, por ejemplo, sea posible chequear todo el sistema de seguridad en forma personal.
Según estadisticas de la Cámara Argentina de Seguridad Electrónica (Casel), dentro de los elementos de seguridad que hoy ofrece el mercado, las alarmas monitoreadas para casas de familia significan el 35,9% de la oferta; los equipos de videovigilancia el 32%, los sistemas de detección de intrusión el 12,1%, los sensores de incendio el 10,4% y los controles de acceso, un 9,6%. Sin dudas, la facilidad para controlar estos equipos y sistemas contribuye a incrementar las ventas.
Evolución de precios
Como sucede con toda la tecnología, van surgiendo avances y mejoras que hacen que los precios bajen… de manera que lo que antes era inaccesible se ha tornado mas cercano. Pero a nivel local eso no se ve tan reflejado, ya que por la situación del dólar y las trabas en la importación, el resultado es que el equipamiento llegue con mayores costos… o no llegue.
Pero en Argentina en los últimos años 10 años hubo muchos avances en tecnología: a pesar de la diferencia cambiaria hay productos de alta calidad, y se están fabricando cosas interesantes con las que nuestro país puede competir. Así mismo, el usuario argentino tiene mucha más conciencia de los riesgos y está comprendiendo la importancia de la seguridad electrónica, por lo que realiza una mayor inversión en el rubro. Según Casel, el mercado de la seguridad privada tanto física como electrónica, creció un 20% en el último año, impulsado por el incremento de la compra de sistemas de alarma y videovigilancia y la demanda de este tipo de productos creció un 31,7% entre 2011 y 2012. Hoy, ya tienen un sistema de alarma monitoreado casi un millón de casas de familiaen 2012 la industria de seguridad electrónica generó 488 millones de dólares y creciò un 22 por ciento respecto a 2011.
Mejor prevenir…
Hace 10 años los barrios más exclusivos tenìan seguridad privada, y en casas de clase media alta o alta se utilizaban alarmas. Pro hoy, por la inseguridad y la baja de precios, muchos vecinos se reúnen para compartir gastos y adquirir equipos y sistemas que los protejan como comunidad: por ejemplo reflectores, sirenas, etc.
Lo ideal sería que – tal como sucede en otros países – se prevea la inversión en seguridad electrónica. Sin embargo, en la mayoría de los casos esta se realiza después de ocurrido algún hecho lamentable. Parte del problema consiste en que cuando se diseña un inmueble – ya sea un edificio de oficinas, una empresa, un galpón o una casa – no se tiene demasiado en cuenta todo lo relativo a la instalación de los elementos de seguridad. Los arquitectos se rigen sólo por lo que les pide el cliente, que quizá no está interiorizado de los avances que ofrece el sector, o de las necesidades que puedan surgir. Esto ha comenzado a cambiar, pero aún es muy incipiente.
En ese sentido, sería muy positivo establecer un mayor contacto entre las compañías de seguros y los proveedores de sistemas y servicios de seguridad, y de manera que éstas tengan información sobre las propuestas del mercado para incrementar la seguridad de bienes y personas. De esa manera, las compañías de seguros podrían brindar a los arquitectos y a sus clientes ciertas pautas a tomar en cuenta cuando proyectan un espacio. De esta manera los predios que resultan difíciles de proteger estarían expuestos a menos riesgos, sabiendo que además de protegerse, podrían recibir un alivio en la carga de la prima.