Hoy por hoy, si algo abunda en el sistema financiero argentino es la liquidez. En las últimas semanas los bancos han logrado recuperar los depósitos perdidos y pudieron estabilizar el costo de captación.
Sin embargo, la realidad argentina y el contexto internacional hace que muestren suma prudencia a la hora de prestar. Y eso se traduce en un crédito escaso y a más corto plazo en comparación al registrado tiempo atrás.
En diálogo con iProfesional.com, un gerente de crédito de una entidad de primera línea, fue contundente al ser consultado sobre el escenario actual: “Los bancos no tienen vocación de prestar y los clientes tampoco tienen voluntad de pedir para endeudarse como lo hacían antes”.
Estas palabras sirven para describir una inquietante foto doméstica del contexto local, pero que se entremezcla con una película de terror que muestra el panorama internacional, cuyas escenas describen a un mundo financiero haciendo frente a uno de los mayores quebrantos de la historia.
Impacto local
La quiebra de Lehman Brothers -el cuarto mayor banco de la principal potencia del mundo- traerá enormes consecuencias en los centros financieros mundiales. El derrumbe que se vivió el lunes en todos los mercados del mundo fue prueba de ello y ningún analista pone en duda la gravedad de la situación.
Ante la consulta de iProfesional.com muchos de ellos explicaron que el impacto también se sentirá en la Argentina (porque crisis mundiales de estas magnitudes repercuten en todos los países), aunque distinguieron cuáles serán sus efectos.
En primer lugar, destacaron que la situación “casi fronteriza” que sufre el país al estar fuera de los mercados internacionales, le permite –paradójicamente– recibir un coletazo más moderado. Sin embargo, ese aislamiento del mundo no servirá para que el costo de los créditos permanezca en los niveles actuales, si la situación financiera sigue empeorando.
Fuera del mundo
En ese sentido, Norberto Sosa, analista y estratega de la firma Raymond James, reconoció que la quiebra del banco norteamericano genera una situación inédita, aunque consideró que la Argentina no se verá afectada por las repercusiones económicas.
En diálogo con Radio 10, el especialista remarcó que tras la bancarrota de la entidad, “el país no sufrirá un impacto directo desde el punto de vista de colocar deuda”. “La Argentina está un poco alejada”, explicó y detalló: “Hoy estamos, lamentablemente, un poco desconectados del mercado internacional”.
En tanto, Miguel Angel Arrigoni, socio director de la consultora Deloitte, calificó de pésima la noticia de la quiebra, tanto para los mercados financieros como para los países. Además, consideró que fue una “mala decisión del gobierno norteamericano” no asistir a la entidad y también destacó que en la Argentina el impacto por ahora “no se sentirá, porque el país se encuentra a una distancia importante”.
Suba de tasas
En tanto, un gerente financiero de un importante banco local, le confió a iProfesional.com: “Habrá que seguir atentamente el comportamiento de los depósitos. Si los depositantes se asustan y buscan refugio en el dólar, ahí va a haber serios problemas”. Aunque la fuente descartó que esa reacción se de manera inmediata.
El operador agregó que “si en las próximas semanas la cuestión se sigue complicando en los EE.UU. o en Europa, es muy probable que comencemos a observar medidas concretas por parte de los bancos”.
En buen romance, esto se reflejará en subas de tasas de interés, tanto en las que pagan las entidades por los plazos fijos (para evitar la fuga de las colocaciones) como así también en las que rigen para el costo de los créditos. En ese contexto también es de esperar un acortamiento de los plazos de los préstamos.
Es por ello que desde el mismo sistema financiero recomiendan en el más estricto off the record anticipar las decisiones de endeudamiento, en especial en el rubro consumo, pues todo hace prever que en las próximas semanas la cuestión puede complicarse.
Si bien ninguno de los analistas y operadores consultados quiso arriesgar en cuánto podrían encarecerse, es oportuno observar los niveles actuales y tenerlos como referencia.
Por qué se espera que suban las tasas
Un operador de la city porteña compartía con este medio el siguiente razonamiento: “Si te dicen que en los próximos meses la situación financiera mundial va a ir de mal en peor y aún no se sabe qué tan grave será, ¿en qué moneda guardarías tus ahorros? Si tu respuesta es en dólares, pensá que todo el mundo va a hacer lo mismo que vos”, explicaba.
Todo parece indicar que con “el motor” de las turbulencias externas funcionando a pleno y con una fuga masiva de capitales desde los países emergentes hacia inversiones de menor riesgo (bonos del tesoro de los Estados Unidos), los títulos locales seguirán afrontando una tendencia claramente vendedora, con el consiguiente empinamiento de las tasas de interés.
Esta tendencia elimina de hecho una importante alternativa de inversión, pero fundamentalmente incorpora una impronta creciente a las tasas de interés.
En forma simultánea, en momentos como los actuales, el refugio natural, aquí y en el mundo entero, es la divisa norteamericana y bajo cualquiera de sus formas: colchón, caja de seguridad, cuentas en Uruguay o en otros países.
Pero ese dólar no sólo sale de la venta de bonos o acciones, sino también de los depósitos bancarios, lo cual eleva las tasas de interés de captación y en un segundo las de los préstamos.
Gabriel Caamaño, analista de Joaquín Ledesma, sostuvo que “lo que habrá en el corto plazo es una aversión al riesgo que hará a los inversores salir de los mercados emergentes. Si esto se mantiene se trasladará a los préstamos y tasas locales de los bancos”.
Para Caamaño, “los inversores están sacando sus fondos de los mercados emergentes para irse a los bonos de Estados Unidos y esto puede afectar los costos de financiamiento de los bancos locales (por ejemplo al lanzar un fideicomiso o emitir una ON), que se verán obligados a cubrirse subiendo las tasas que cobran”.
Andrés Méndez, de Finsoport, consideró, en diálogo con iProfesional.com: “No veo que haya un canal de comunicación entre lo que pasó con Lehman Brothers y el mercado local. Lo que nos podría afectar es algún eventual “vuelo a la calidad” de los inversores internacionales hacia los bonos estadounidenses, algo que bajaría el valor de nuestros títulos e impactaría en las tasas locales, pero esto todavía no ocurrió”.
En tanto, Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres & Asociados, coincidió con Méndez al considerar que la crisis “no tendrá mucho impacto local porque la Argentina no depende tanto del mercado de capitales, como ocurría en los 90, pero se verá afectada porque es una economía emergente y encima tiene deuda en default”.
Spotorno agregó que “seguramente lo de Lehman afectará a las tasas internas, pero en verdad esto (que los bancos trasladen sus costos de financiamiento a los ahorristas) es algo que ya venía ocurriendo. Por ejemplo, si hoy una empresa quiere colocar una Obligación Negociable, le cobran un 28% anual en pesos. Lo de Lehman seguramente profundizará esta tendencia, pero igual continuará aunque se estabilice el sistema financiero internacional”.
El analista de Orlando Ferreres & Asociados consideró que “un efecto secundario será que lo de Lehman puede restringir más la entrada de fondos a la Argentina, lo que no permitirá que bajen las tasas de interés (bancos, bonos, etc,) en el mediano y largo plazo, aunque en el corto quizás pueda manejarse.”
En igual dirección, el presidente de la Comisión Nacional de Valores (CNV), Eduardo Hecker, opinó sobre el problema de la crisis estadounidense: “Hay que seguirlo de cerca”, aunque en la Argentina el impacto “será inferior” al tener menos influencia el flujo de capitales de corto plazo.
Más allá de lo cerca o lejos que esté la Argentina de los mercados financieros, de propagarse la situación actual en las próximas semanas, se deberá afrontar un costo mayor, con todo lo que ello implica para el desarrollo de los mercados de crédito.