El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es una de los problemas más frecuentes en la mujer que afecta entre un 6 al 10%. Suele presentarse durante los años reproductivos tempranos y su expresión clínica incluye alteraciones del ciclo menstrual, trastornos de la ovulación, presencia de características ecográficas de ovarios poliquísticos, junto con aumento de vello (hirsutismo) o acné. En la actualidad se cree que varias son las causas: herencia, la genética, la interacción de factores ambientales.
En mujeres que padecen de poliquistosis, los desarreglos hormonales pueden llevar al desarrollo de más de un folículo, aunque ninguno de ellos logra alcanzar la madurez necesaria para disparar la ovulación y por eso, pequeños folículos de entre 4 y 9 mm de diámetro se acumulan en el ovario provocando mayores desniveles hormonales de estrógenos, progesterona, LH y FSH. Cuando se observa un agrandamiento de los ovarios por gran cantidad de folículos que no maduran y se acumulan en el ovario formando quistes, se sospecha estar en presencia de ovarios poliquísticos.
Existe una diferencia entre la poliquistosis ovárica y el síndrome de ovarios poliquísticos, que incluye otros síntomas. Cuando se sospecha estar en presencia de SOP, este suele ir acompañado por síntomas como trastornos menstruales, aumento del vello, acné, sobrepeso, resistencia a la insulina y, muchas veces, infertilidad. Desde el año 2003, por otra parte, hay un consenso establecido para el diagnóstico que incluye varios criterios, si se cumplen dos de ellos y en ausencia de otra enfermedad, se considera que la paciente presenta el síndrome. Estos criterios son: anovulación, hiperandrogenismo e imágenes ecográficas de ovarios poliquísticos.
Dentro de las alteraciones hormonales, más del 60 a 80 % de las pacientes con SOP presentan niveles elevados de andrógenos séricos. Estas hormonas: como la testosterona, la delta 4 androstenediona, la dehidroepiandrosterona sulfato, pueden provenir del ovario o de la glándula suprarrenal. Altos niveles de andrógenos, pueden provocar hirsutismo, incrementar la producción de sebo, lo cual resulta en una piel grasosa y en acné, llevar a trastornos del ciclo menstrual y alteraciones en la ovulación.
La insulinorresistencia es un evento frecuente, que está presente en el 65-70% de las mujeres con esta patología, principalmente en aquellas con sobrepeso u obesidad. La insulinorresistencia (IR) con consecuente hiperinsulinemia, si no son debidamente controladas a largo plazo, pueden desarrollar diabetes mellitus tipo 2, hipertensión y aterosclerosis.
Cuando la mujer que padece de ovarios poliquísticos no busca embarazo, el tratamiento está orientado principalmente al alivio de los síntomas y a prevenir cualquiera de las complicaciones posibles derivadas del cuadro no solamente con medicación sino con modificación en el estilo de vida. En caso de que la mujer desee un embarazo deberá consultar a su médico, para evaluar si es necesario un tratamiento más específico, como estimular la ovulación.