La consolidación del crecimiento del país, los negocios con el exterior y la búsqueda de competitividad de las empresas motorizan la inversión en tecnología en todos los sectores de la economía. SAP, mediante su nueva política de canales, se asocia a los especialistas en industrias de procesos para la implementación exitosa de sus sistemas ERP (Enterprise Resources Planning) en empresas de tamaño medio.
Históricamente SAP fue el sistema de gestión las “grandes corporaciones”, pero recientemente implementó una serie de cambios para ampliar el alcance de sus aplicaciones hacia el mercado de empresas medianas.
Las sucesivas actualizaciones y aplicaciones que se fueron desarrollando, junto con la sinergia lograda con sus Channel Partners, especializados en industrias manufactureras o industrias de procesos, permitió aplicar exitosamente todo el know how acumulado en las empresas de tamaño medio. Por eso es que en la actualidad, mas del 30% del negocio de SAP en Latinoamérica está basado en empresas PyME.
En la región Cono Sur, donde se encuentra la Argentina, el crecimiento del segmento PyME crece a pasos agigantados, y en el primer trimestre del 2007 registró un incremento del 40% respecto del mismo período del 2006.
Los Channel Partners juegan un rol clave en este aspecto, ya que son ellos quienes realizan un diagnóstico inicial. Mediante el trabajo con los directivos y responsables del proyecto en la empresa, sumado a su expertise en industrias de procesos, logran la personalización del sistema adaptándolo a los requerimientos específicos de cada industria para aprovechar al máximo todas sus aplicaciones.
Cabe señalar que la implementación de un proyecto SAP en una empresa de tamaño medio vs. en una gran corporación presenta algunas diferencias.
El nuevo modelo, aplicado a las empresas de tamaño medio, permite lograr una implementación más rápida y acotada en un proyecto con principio y fin.
El objetivo es que las empresas puedan cuantificar y prever un monto concreto antes de realizar la inversión. Es decir, que cuenten con un proyecto “cerrado”, que no derive en cargos posteriores a su implementación, ni queden cautivos a un servicio de consultoría de apoyo para poder operar el sistema.
Los beneficios que pueden esperarse de la implementación de un sistema SAP son muchos. Desde los derivados del uso del sistema en sí, hasta el impacto en aspectos estratégicos del negocio. El uso del sistema apunta a optimizar procesos de calidad (GMP, ISO), la trazabilidad de los procesos de producción, costeo, planificación y mantenimiento de planta y por supuesto los sistemas de gestión administrativa, impositiva y comercial.
En cuanto al impacto en puntos estratégicos del negocio, la implementación de un sistema SAP implica un valioso “activo intangible” para las empresas e impacta muy favorablemente en aquellas que tienen como cliente a empresas multinacionales o que desarrollan actividad comercial con el exterior.
Para lograr una implementación exitosa, es decir, desde el traspaso del sistema actual de la empresa hasta completar un proyecto SAP, hay que tener en cuenta que cualquier cambio que se implemente en una empresa trae aparejado resistencia, incertidumbre y un esfuerzo adicional. Pero estos proyectos se ponen en marcha en tiempos acotados. La clave del proceso radica en una correcta planificación inicial y fundamentalmente en el compromiso de la alta dirección con el cambio. La fase de planificación que se realiza con los líderes del proyecto, en la empresa, tiene como objetivo analizar minuciosamente todos los procesos y las fases de implementación, minimizando el impacto y garantizando un traspaso no traumático que evite poner en riesgo el correcto funcionamiento de la compañía.
Finalmente, un diagnóstico evaluando procesos, recursos y sistemas informáticos que conviven, entre otras cosas, permitirá saber si la empresa está en condiciones de implementar un sistema de estas características.