¿Se ha colocado en la postura de crítico constante?Recientemente, en un seminario para empleados uno de los estudiantes me dijo, “Mi jefe es un ASM.”
Yo le dije, “Yo sé lo que es un ATM, pero nunca escuché eso de ASM.” [Por sus siglas en inglés]
El estudiante me contestó, “Es una Máquina de Criticar Automática.”
He trabajado con miles de empleados de cientos de organizaciones, y una de las quejas que escucho con más frecuencia es que los supervisores critican demasiado. Desde luego, el trabajo de un jefe incluye detectar los errores que se cometen y su corrección. Pero con demasiada frecuencia, el modo en que los supervisores comentan el trabajo de sus subordinados suena negativo y/ o crítico. El resultado de esto es que el comentario no es siempre bien recibido.
Para reducir los errores yo prefiero un enfoque diferente — sorprenda a la gente cuando está haciendo las cosas bien y dígaselo.
El poder del comentario positivo
Estudio tras estudio muestran que uno de los grandes motivadores en el ambiente de trabajo es el comentario sobre los resultados – especialmente cuando ese comentario se hace de manera diplomática.
En efecto, el modo en que uno trata a una persona (tratar aquí significa “prestarle atención”) es probablemente la herramienta más poderosa para motivarla, hacerla sentir bien con respecto al lugar donde trabaja y al trabajo que realiza.
Ese trato del que hablamos puede ser positivo o negativo. Puede ser condicional, es decir que la persona tiene que lograr algo para merecer ese trato, y también puede ser incondicional, o sea que no tiene que hacer nada para recibirlo. El trato positivo siempre tiene un impacto mayor que el negativo en la motivación de las personas.
Los siguientes son ejemplos de trato positivo condicional:
Ahí hiciste un buen trabajo.
Gracias por tu ayuda.
Seguí así.
Ejemplos de trato positivo incondicional:
Me alegro de verte.
¿Cómo estás?
¿Vamos a comer?
Recordar el nombre de las personas, invitar a alguien a almorzar, prestarle atención cuando expresa una opinión o un desacuerdo, sonreír mientras se avanza por el pasillo – todos estos son ejemplos de trato positivo incondicional. Ellos expresan, “Me interesa usted como persona,” y hacen que la gente se sienta a gusto consigo misma.
Mientras sea sincero, este tipo de trato es un camino real para establecer buenas relaciones con los demás. Pero nunca ofrezca falsas lisonjas o cumplidos inmerecidos, porque no engañan a nadie. Por otra parte, no espere hasta que alguien logre la perfección para expresarle su aprecio, porque a la perfección jamás se llega. Si una persona está andando bien, dígaselo.
Si usted les presta atención a sus empleados sólo cuando hacen algo mal, está reforzando inconscientemente una conducta errónea y dando lugar a que la conducta correcta desaparezca porque nunca se la menciona.
Para estimular conductas de trabajo correctas, haga muchos comentarios positivos condicionales. Para crear y mantener buenas relaciones duraderas con las personas, sea generoso con los comentarios positivos incondicionales.
Es una vía de doble mano
En el plano laboral las mujeres tienden más que los hombres a elogiar a otros. En verdad, los hombres se inclinan más a competir con el otro que a felicitarlo. Pero tanto los hombres como las mujeres pueden beneficiarse haciendo comentarios positivos con mayor frecuencia.
Aparte de su natural poca inclinación a elogiarse unos a otros, los CEO masculinos suelen conducirse como si no necesitaran que nadie los felicitara nunca. Bien, este síndrome tan común, que podríamos llamar “Síndrome de John Wayne”, puede ser superado haciéndonos una pregunta muy simple: “¿Me gusta recibir un elogio de alguien a quien respeto?”
Si la respuesta es afirmativa, puede suponer que quienes lo rodean – colegas, subordinados, miembros de la familia y hasta su jefe (si lo
tiene) – aprecian los elogios.
Idealmente, este trato debería ser de ida y vuelta. Pero es raro que se elogie a un superior por el temor de aparecer como adulón. Sin embargo, un CEO agradece mucho un elogio sincero y esto siempre logra buenos resultados.
Para mejorar el trato en su empresa pregúntese:
¿Cuántas veces felicitamos a los empleados cuando han hecho algo bien?
¿En general, qué tipo de trato tenemos con el otro?
Si nos hiciéramos más comentarios elogiosos (condicionales e incondicionales) y menos comentarios negativos, ¿qué efecto tendría?
Los comentarios positivos tienen un largo alcance en el mejoramiento de la comunicación y la creación de relaciones sólidas. En el lugar de trabajo, la palabra “gracias” cuando se ha hecho algo bien, es la más poderosa.