El Plan de Precios Cuidados para el Gobierno fue muy exitoso. De acuerdo a mediciones de la Secretaria de Comercio Interior, seis de cada 10 consumidores buscan los productos del acuerdo en góndola.
La canasta de Precios Cuidados es de 450 productos y representa el 20 % de la facturación de hipermercados. La demanda de estos productos se incrementó un 75% -según números oficiales- en el primer trimestre de 2015 respecto del año anterior. Para este anunció se incluyeron 28 productos más entre los que figuran escarbadientes, escoba, palas, comidas para mascotas, velas y acondicionador de pelo, entre otros.
La negociación se da en un contexto de acuerdo no solo de precios sino también de paritarias. Por lo cual mientras el Gobierno se tomó de la morigeración inflacionaria en los últimos meses, las empresas pusieron como carta de cambio un tope a los acuerdos salariales para que no impacten en los costos.
La meta de aumento promedio perseguido por el gobierno fue de entre el 2 % y 5 %. El pedido de las empresas fue de un 10%. El resultado fue un 2,8% promedio. A su vez, a estas últimas se les suma el problema de la caída de los volúmenes de venta en los productos que no están bajo el paraguas de Precios Cuidados. Por otra parte, el precio de los commodities a nivel internacional les juega en contra por que lo que iba afuera debe ir hacia el mercado interno presionando la puja de precios en la venta mayorista y minorista.
El “cuidado de precios” tuvo tres etapas a lo largo de la era kichnerista: 1- Congelamiento de Precios. Eran aquellos productos, 10 mil en total, que no podían subir. 2-Control de Precios. 500 productos que tenían su piso y techo. Se manejó con tres subas anuales para bienes masivos, intermedios y Premium. 3-Precios Cuidados: Negociación con los diferentes sectores para no subir los precios durante un trimestre.
Las economías minoristas son enormes. Una cadena media de supermercados cuentan con 30.000 productos y un hipermercado exhibe hasta 80.000 referencias. El programa solo pone la lupa en menos de 500.
En los años de implementación del programa, la Secretaría de Comercio se mostró ambivalente con su implementación. En la etapa Moreno se ejerció el Cepo Publicitario a las grandes cadenas. En la etapa Costa se publicita el programa con pauta publicitaria oficial favoreciendo a las mismas cadenas que crítica y que el gobierno arguye que concentran la economía minorista. Más diferencias: con Moreno se presionaba a las cadenas para que respeten los congelamientos y controles de precios. Costa aplica la ley 26.691 de las nuevas relaciones de producción y consumo, la ley 26.992 de Observatorio de Precios y Disponibilidad de Insumos, Bienes y Servicios y la ley 26.993 de Sistema de Resolución de Conflictos en las Relaciones de Consumo más la Ley 26.994 del Nuevo Código Civil y Comercial.
Algo han tenido en común ambas gestiones y es que no han regulado el crecimiento y aperturas de las grandes cadenas comerciales minoristas a las que critican y su grado de concentración económica y su estructura de poder en los mercados mayoristas y minoristas han crecido en forma ingente en los últimos 11 años.
Realizar un revisionismo de las historias económicas minoristas nos hubiese evitado dolores de cabeza futuros sin necesidad de ingerir aspirinas en forma permanente en Argentina. En el Imperio Romano se controlaban los precios de las tarifas de transportes y los salarios de soldados y jornaleros; durante el mercantilismo se aplicó la tasa de granos que proponía mantener bajo el precio de los cereales como base de la alimentación, durante la revolución francesa en tiempos de la toma de la Bastilla se volvió a controlar el precio de los cereales.
¿Que tenían en común estas medidas en las diferentes etapas de la historia de la economía y el comercio con las tres etapas de controles de precios morenistas y costistas? Que la necesidad de reiteración de medidas de control de precios era prueba del poco éxito de su aplicación.
Está claro que en el mundo las economías minoristas no se controlan ni se sancionan sino que se regulan. Con este último accionar a mediano y largo plazo se evitarían aplicar controles y sanciones que nunca son buenos para el funcionamiento de los mercados por que independientemente del grupo económico sobre el que se aplique rebota en el ánimo y confianza de los agentes económicos del mercado en general y no soluciona los problemas de fondo: crecimiento de los oligopolios minoristas e inflación de precios en un entorno de caída de la actividad económica.