El hostigamiento telefónico es una estrategia que muchas empresas emplean para presionar a los usuarios. Si bien esto puede parecer un simple método de cobro, en muchas ocasiones rozar la legalidad se convierte en la norma. ¿Qué debemos hacer cuando recibimos reclamos indebidos de deuda? Aquí te lo explicamos.
La Ley de Defensa del Consumidor: Tu mejor aliada
En situaciones de acoso, la Ley 24.240 protege tus derechos. Esta normativa establece el principio de trato digno y equitativo, prohibiendo prácticas vejatorias o intimidatorias. Además, impide que los reclamos extrajudiciales adopten características que los hagan parecer demandas judiciales.
Según el artículo 8 bis, las empresas deben actuar con transparencia y abstenerse de presionar al consumidor con métodos dudosos. En caso de incumplimiento, estas prácticas pueden generar sanciones y hasta multas.
Reclamos ilegítimos: ¿De dónde provienen?
Detrás de muchos de estos llamados están compañías de cobranza disfrazadas de estudios jurídicos. Estas entidades, que no siempre son legítimas, buscan aprovecharse del desconocimiento de los usuarios. Por eso, es esencial exigir información clara y documentada sobre la deuda.
Solicita:
- Identificación del responsable del reclamo.
- Detalle completo del monto reclamado.
- Documentación sobre el origen de la deuda.
Estrategias frente al acoso
Si una empresa insiste en el cobro de una deuda que no reconoces:
- Recopila pruebas: Registra los llamados y guarda los mensajes como evidencia.
- Notifica por escrito: Exige información completa de la deuda mediante correo o carta certificada.
- Consulta a un abogado: Si el hostigamiento persiste, busca asesoramiento legal.
Es fundamental recordar que ninguna empresa puede intimidarte o presionarte mediante amenazas. La única autoridad que puede validar una deuda es un juez.
¿Qué pasa con los daños emocionales?
El acoso no solo afecta tu tiempo, también puede impactar tu salud emocional. Este tipo de hostigamiento podría generar derechos a resarcimiento económico, si se demuestra que el abuso vulneró tu calidad de vida.
Frente a estos casos, la prevención y el conocimiento son tus mejores herramientas. Protégete informándote y actuando con firmeza ante los abusos.