Desde el mes de Junio y hasta Noviembre, con la llegada de la ballena Franca Austral, Puerto Madryn se convierte en un destino turístico visitado por miles de viajeros.
Ubicada sobre la costa del Golfo Nuevo, la ciudad es la puerta de entrada a la Península Valdés, declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 1999, y localidad que obtuvo el premio World Travel Award 2019 como destino de avistaje de ballenas líder en Sudamérica por el fácil acceso, la cantidad de ejemplares, su amabilidad con el ser humano y la cercanía a la costa, entre otras razones.
Las propuestas para realizar el avistaje son muchas y el turismo local ofrece variadas opciones para facilitar el acceso. Por tierra, desde la costa, en la Reserva Natural El Doradillo, paseos y caminatas con guías especializados, donde es posible tenerlas a pocos metros de distancia. Por mar, en paseos de casi dos horas en lanchas o semirígidos, en el pueblo de Puerto Pirámides, ya en el Área Natural Protegida de Península Valdés, acompañados de guías balleneros expertos.
La Ballena Franca Austral
Esta especie habita los mares del hemisferio sur. Es un cetáceo que recibe el nombre de “Franca” por iniciativa de algunos marineros y balleneros ya que es una especie muy fácil de cazar. En la actualidad, se encuentran protegidas por ley y fueron declaradas Patrimonio Natural por estar en extinción.
Los ejemplares machos pueden llegar a medir 15 metros de largo mientras que las hembras entre 16 y 17 metros. Su peso, en adultez, puede ser de hasta 40 toneladas. Esta especie llega a la Península Valdés en búsqueda de aguas cálidas para reproducción, luego de pasar gran parte del año viajando.
Llegan al Golfo Nuevo y San José en búsqueda de aguas calmas con el objetivo de cumplir su ciclo reproductivo. Se presentan de forma esporádica y luego de haber pasado una o dos temporadas alimentándose de krill en las aguas del hemisferio sur. Cada una de las ballenas, de manera solitaria, busca las zonas más tranquilas con el objetivo de parir y criar a su ballenato. Es así que también, los machos se mantienen cerca para copular.
De Puerto Madryn a Península Valdés
Para llegar desde Puerto Madryn a Península Valdés en temporada de ballenas vale la pena hacer un tramo por la Ruta Provincial 4 -de ripio- aprovechando para un primer avistaje costero en la Playa el Doradillo, área donde las madres están cuidando a sus recién nacidas crías (los “ballenatos”). Tras haber andado 77 km se llega al istmo Carlos Ameghino, puerta de ingreso a la Reserva Integral Península Valdés.
Dentro los espacios turísticos a visitar en la Península se encuentran: la Isla de los Pájaros, Lobería de Punta Piràmide, Puerto Pirámides, Punta Delgada, Caleta Valdés y Punta Norte, entre otras grandes atracciones de la zona. Al sur de la ciudad, Cerro Avanzado, Lobería de Punta Lomas, Punta NInfas, Bahía Cracker. En la ciudad hay diversos atractivos, como el Centro de Interpretación Ecocentro, el Museo Municipal de Arte, el Museo del Desembarco, las playas y una gastronomía que está entre las mejores del país.
La experiencia única de ver una ballena y recomendaciones para disfrutar al máximo
Lía Barros, Fundadora de Slow & Steady Travel Experiences -una nueva filosofía a la hora de viajar que se basa en los conceptos de “slow life”, “slow travel” y “slow food”, para brindar experiencias de viaje inolvidables- describe “La emoción de ver a una ballena tan cerca por primera vez es única. Pude sentirlo yo misma, y también verlo en personas de diferentes edades; sin excepción, todos se transforman en niños y no es difícil ver las lágrimas de emoción. Es una experiencia muy fuerte ver a un animal tan grande interactuando de manera dócil y suave con el ser humano. En Puerto Madryn las tenemos delante nuestro todos los días; ahora mismo estoy escribiendo y mirando a una por mi ventana. Nos hace repensar muchas cosas, y así impactan en nuestros viajeros”.
Además, recomienda, “Aparte de los avistajes comunes (embarcados o submarino), en Slow & Steady Travel Experiences tenemos dos experiencias de un día con ballenas, un paquete de una semana, una experiencia wellness con meditación con ballenas y un paquete de 5 días VIP en la Península Valdés, una forma de conectarse totalmente única e inolvidable”.
Y Barros concluye, “Decimos que los lugares tienen la energía de su entorno. Puerto Madryn y la Península Valdés tienen la energía de las ballenas franca. Aquí les decimos “las gordas”; ellas saben, sienten, quienes están tristes, enfermos, o necesitan atención, y se acercan mucho. Ejemplos tenemos varios, lo vemos aquí a diario, y es real; llevar a un niño autista a hacer avistaje y que una ballena se le acerque, saque la cabeza y se de vuelta (porque tienen los ojos debajo) para mirar a ese niño y a nadie más, y que esté minutos así, es especial”.
Para agendar:
Junio a Noviembre, un plazo más que razonable para organizarnos y marcar en la agenda un viaje para presenciar la temporada de ballenas.
Desde Septiembre a Marzo, se pueden visitar las distintas colonias de pingüinos. Tres de las más importantes son: Estancia San Lorenzo, en la Península Valdés, Estancia El Pedral, en Punta Ninfas y Punta Tombo, a 190 km de Puerto Madryn, sentido sur sobre la ruta 3.
Por otro lado, los meses de Marzo y Abril, que es la época de nacimiento de lobos y elefantes marinos, son los más propicios para ver las orcas que pueden aparecer de manera repentina en cualquier lugar de la Península y especialmente en Punta Norte y Caleta Valdés.
Barros comparte “los invito a acercarse a la Patagonia y disfrutar en primera persona de estas experiencias con la fauna marina que de seguro marcarán un antes y un después en sus vidas”.