Si tienes un jefe dentro de lo común, lo que te contamos en este artículo debería bastar para tenerlo contento. No es nada del otro mundo, pero son cosas que debemos hacer porque, además de trabajar más a gusto, tendremos contentos a los jefes. ¿Quieres saber cuáles son? Toma nota, las contamos a continuación.
Haz tu trabajo (y hazlo bien)
Esto es básico, pero a veces se nos olvida: cuando un jefe te deja a tu libre albedrío, espera que, sin tener que estar constantemente encima de ti hagas tus labores y además las hagas de la forma más correcta posible. Cuanto más autosuficiente seas, mejor.
Moléstate en conocerlo (saber cómo suele reaccionar te beneficia)
La mejor forma de saber cómo quiere las cosas no es llevando mil años en la empresa, sino parándote al menos una vez a hablar con él. Sabrás qué opina, cómo quiere las cosas y, sobre todo, qué forma tiene de comunicarse: si es cercano, arisco, etc. Cuando tengas que contarle algo, será mejor si sabes cómo puede reaccionar.
Ayúdale en aquello que no controla (si sabes de qué va)
Si resulta que tu jefe es un caos con el PhotoShop y tú sabes utilizarlo, es posible que valore muy positivamente que le des una pequeña clase. Aunque solamente sea por la predisposición para ayudar, ya estará satisfecho de tenerte como empleado.
Sé leal (no chismosees con lo que te cuente)
Cuando un jefe se queja delante de ti de algo que no te incumbe o cuenta algo que sucede en la empresa, es porque seguramente confía en ti, así que no vayas contándoselo al resto. Ser leal es una cualidad muy estimada por los jefes.
Haz de sus prioridades las tuyas (si lo pide por favor)
Si el jefe pide por favor que se haga algo urgentemente, deja lo que estés haciendo y colabora. Estar dispuesto a echar un cable cuando le jefe lo requiere es un plus siempre, sentirá que realmente tiene algo de poder y es respetado.
Toma la iniciativa en proyectos que proponga (y te interesen)
Decimos lo del interés, porque si no lo tienes, fingir va a ser muy complicado y, de darse cuenta tu jefe, embarazoso. Pero aprovecha cuando haya algún proyecto interesante, les gusta sentirse apoyados.
Propón soluciones (en vez de ser un cenizo)
Cuando vislumbres un problema, no te pongas en modo catastrofista. El jefe también necesita ayuda de vez en cuando y si en vez de plantearle un problema le planteas directamente una solución, lo valorará muy positivamente.