Con su objetivo bien claro -expandirse y ganar market share- Tersuave pagó US$ 3,35 millones para hacerse del 91% de Colorín, en manos del grupo francés Cromology.
“Desde Tersuave no descartan comprar fábricas para seguir creciendo”, decía la nota que le hacía InfoNegocios a Juan Pablo Torre a mediados del año pasado para la sección “40 de las Grandes”.
En esa entrevista le consultaron precisamente por la posible compra de Colorín: “la posibilidad existe, pero no hay ninguna conversación avanzada al respecto”, respondía.
Lo cierto es que lo que era posible, la semana pasada fue una certeza. La empresa de la familia Torre compró casi el 91% de Colorín -según informó a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires- con el fin de expandirse y competir con las multinacionales Alba y Sherwin Williams.
Colorín también nació hace más de 70 años como una empresa familiar que comenzó sus operaciones en su planta de la localidad de Munro, Buenos Aires. En 1996, la familia Bemberg (ex dueña también de la cervecería Quilmes) tomó el mando de la compañía. Pero finalmente y después de más de un año de negociaciones, en 2006 la fábrica de pintura fue adquirida por el grupo francés Materis Paints. Ese holding se transformó en 2015 en Cromology
Fuente: InfoNegocios