Todos, en algún momento de nuestra carrera, nos topamos con algún jefe despreciable. ¿Lo es realmente? No es sencillo alcanzar un juicio objetivo. Al fin y al cabo, nuestras percepciones son subjetivas y nuestros sentimientos negativos suelen distorsionar nuestra evaluación global.
Así, creyendo que nuestro jefe es el peor del mundo, buscamos una transferencia a otro sector (o un nuevo empleo) donde nos toca un jefe incluso más despreciable que el anterior.
Por lo tanto, antes de tomar alguna decisión apresurada, mejor realizar una evaluación lo más objetiva posible. Y, para lograrlo, puede resultar de gran ayuda esta adaptación de un test que nos ofrece la American Management Association. ¿Qué tan identificado se siente con las siguientes afirmaciones? (intente responder lo más sinceramente posible).
1) Mi jefe es muy agresivo y mandón
2) Mi jefe es excesivamente controlador. Está en todos los detalles y no me deja respirar.
3) A la hora de decidir, mi jefe casi nunca tiene en cuenta los deseos ni preocupaciones de los demás
4) Mi jefe a veces me asigna tareas inútiles con el único propósito de demostrarme su poder
5) Mi jefe hace promesas que después no cumple
6) Mi jefe tiene favoritos en la oficina
7) Mi jefe no muestra la menor sensibilidad por los problemas personales de sus subordinados
8) Mi jefe suele proclamarse el creador de ideas que no son suyas
A través de esta serie de afirmaciones, usted podrá medir, con relativa objetividad, qué tan bueno es su jefe.
Aunque, en última instancia, el test quizá podría no tratarse más que de un pasatiempo. Quizá exista una forma mucho más eficaz de medir el talento de un jefe. Sencillamente, fíjese cuál es la rotación de la gente a su cargo. Desde luego, no es un indicador 100 por ciento confiable. Pero al menos puede darnos una buena idea.
Los jefes con dotes de liderazgo respetan, motivan y orientan a sus colaboradores hacia las metas comunes del equipo. Y, en general, los subalternos responden a los incentivos con un mayor compromiso, mejores resultados y una menor rotación.
Aunque, por otro lado, no todo está dicho sobre la materia. Hay quienes dicen que Steve Jobs, el mandamás de Apple, puede ser caracterizado por varias de las oraciones negativas del test. Jobs tiene fama de maltratar y humillar en público a sus colaboradores.
Y, sin embargo, nadie dirá que no es un gran líder empresarial. De hecho, de su empresa salieron maravillas como el iPod, iTunes y iPhone. Los equipos de trabajo de Apple se caracterizan por su gran creatividad y motivación.
¿Contradice este caso a la sabiduría convencional del liderazgo? ¿Puede un jefe diabólico tener buenos resultados? ¿Se trata, quizá, el caso de Jobs de una excepción a la regla? ¿Usted qué piensa?