La mayoría de los trabajadores virtuales sostienen que en sus lugares de trabajo continuará el Home Office y al 50% le gustaría trabajar bajo el modelo híbrido (parte en la oficina-parte en casa). Mientras tanto, los centros financieros lucen increíblemente vacíos al igual que las oficinas.
Las principales capitales de Europa viven un momento crucial ya que la gente se aleja de las grandes ciudades. Algunos lo hacen con el objetivo de evitar los contagios producidos por el Covid-19, otros porque han dejado de trabajar en las capitales y, al no tener necesidad de acercarse a las oficinas, buscan otros lugares para vivir. Esto ha generado, obviamente, problemas económicos en las capitales con negocios cerrados, oficinas vacías y una posible reconversión de este tipo de centros urbanos. Algo parecido sucede, también, en el llamado Microcentro porteño, la calle Florida, calles aledañas y otras ciudades.
En ese contexto, el Home Office se constituyó en una modalidad de trabajo real para 3 millones de argentinos y, a un año de su implementación masiva, un estudio de Adecco Argentina reflejó que al 50% de los trabajadores argentinos le gusta la modalidad híbrida (algunos días en la oficina – otros en casa). Un 58% de los consultados aseguraron que en las compañías donde trabajan continuará la modalidad del Home Office durante 2021, un 17% remarcó que vuelven a la oficina, en tanto que el 25% explicó que todavía no hay una decisión tomada al respecto.
En los primeros meses de la cuarentena, una de las mayores complicaciones de la nueva modalidad era el trabajo excesivo y la imposibilidad (en muchos casos) de poder cortar con la rutina laboral. El 42% trabajaba más horas que cuando concurría a la oficina. Luego de casi un año, esta tendencia se revirtió ya que en la actualidad un 51% aseguró haberse acostumbrado y acomodó sus tiempos para no trabajar más que cuando estaba en la oficina. Sin embargo, las jornadas laborales más largas que en la “normalidad” se mantienen para casi un 38%.
En ese contexto con ciudades y locales cercanos vacíos (sin oficinistas ni turistas), y con una modalidad de Home Office más aceitada en los hogares argentinos, la reflexión que sigue es cuál será el destino de las oficinas.
Si bien muchos aman trabajar en jogging, calzas y ojotas, también muchas personas extrañan (45%) la relación con sus compañeros de trabajo y a la mitad le gustaría volver algunos días a la oficina.
¿Entonces qué hacemos?
“El primer análisis que hay que hacer es que no se trata de “oficina sí u oficina no”, sino de cuánto espacio de oficina necesitamos. Parece que la estrategia más inteligente e idónea para las personas y el futuro del trabajo es el equilibrio, la negociación y buscar el propósito común en el futuro”, explicó Alexandra Manera, Directora de Recursos Humanos de Adecco Argentina & Uruguay.
Por tal motivo, hay bastantes razones por las que las oficinas pueden tener un impacto positivo y eliminarlas puede ser un error:
- La oficina post COVID-19 nos ayudará a mantener y mejorar nuestra salud mental
Si bien muchos trabajadores están contentos en sus casas, no poder socializar, perderse una conversación en la cocina, en la puerta o en la escalera de la oficina y sentirse incapaces de comunicarse adecuadamente a través de videollamadas contribuyó a sentimientos de frustración e insatisfacción en general.
- Es posible un trabajo en oficinas post COVID-19, pero más descentralizada
El confinamiento ha dañado a los negocios comerciales, hotelería y viajes relacionados con las oficinas. Según una reciente investigación, la propuesta de aumentar espacios de oficinas “de barrio” en las ciudades es una de las formas clave de revitalizar muchos territorios “vaciados” y el 85% afirma que le gustaría trabajar más local.
- La oficina sigue siendo el lugar de la colaboración y el intercambio de ideas
Juegan un papel fundamental en la colaboración entre las personas y para que funcione deben poder compartir un espacio físico común.
- El modelo híbrido post COVID-19 permitirá reducir costos al tiempo de impulsar la inversión en capital humano
La flexibilidad que aporta un modelo híbrido atraerá talento y mejorará la diversidad y la inclusión. Una semana laboral más corta en la oficina también crea oportunidades para reducir los gastos generales de las organizaciones. Algunas empresas ya están decidiendo trasladarse a oficinas más pequeñas y, por lo tanto, más económicas. Y los ahorros adicionales de alquileres más bajos también podrían llevar a las empresas a invertir más en innovación y capital humano.