Y yo que sé. Si antes tenía pocas certezas, en el momento en el que nos encontramos, tengo todavía menos. Lo que sí pienso desde hace mucho tiempo es que las marcas deben comportarse como sujetos activos dentro de la comunidad a la que pertenezcan. Para que nos entendamos, creo que las marcas deberían ser buenos vecinos. Y como tales, cumplir con unas normas básicas de convivencia y luego, en la medida de sus posibilidades, contribuir como lo haríamos o deberíamos hacer cada uno de nosotros.
Ni todos tienen que abrazar el cambio climático como forma de vida ni tampoco hacerse activistas de la igualdad de género, ¡ojo, que no ser activista no quiere decir que no hagas todo lo posible porque determinados asuntos sean relevantes y de obligado cumplimiento dentro de tu organización! Pero abrazar causas que no están en línea con tu propósito de marca, siempre, siempre, sonará falso y oportunista.
No hace falta que desfiles con tu propia carroza en el orgullo gay, es suficiente con que en tu organización se respeten los derechos y no se discrimine a nadie por su orientación sexual, por ejemplo. Y si luego, como nos ha pasado ahora, una pandemia o cualquier otra catástrofe colapsa el mundo, pues claro, hay que salir y contribuir de la mejor manera posible, pero pensando en que ayudas a tu comunidad, no en que te estás ayudando a ti. Tienes que formar parte de la cadena de cubos en un incendio o traducido en lenguaje covid-19, tienes que fabricar mascarillas, gel hidroalcohólico o lo que sea que puedas hacer.
Todos hemos recibido mil de informes en los que se nos habla de las empresas que mejor imagen han cosechado en estos días, días en los que lo que más nos importa es saber si todos los nuestros están bien y que el número de fallecidos no haya aumentado. No digo que no esté bien saber cómo nos valoran, pero esto, una vez más, nos sitúa en el cortoplacismo, en la mirada pequeña, en el ombliguismo sectorial. No seremos mejores vecinos si no mantenemos esta actitud cuando la normalidad, la nueva, o la que sea, vuelva.
Así que, “no intentes cambiar el mundo, se un buen vecino”, creo que es el mejor mantra que podemos repetirnos, cada uno de nosotros y a las marcas para las que trabajamos.
Asesoró: Gema Arias, Directora General de estrategia Creativa de Kitchen.
Fuente: Marketing Directo