Uber no debería tratar más a sus conductores como trabajadores independientes, dictaminó el viernes un tribunal de Reino Unido, en una decisión que amenaza el modelo de negocios de la aplicación de transporte privado al obligarla a pagar un salario mínimo y brindar derecho a vacaciones.
Dos conductores de Uber llevaron su caso a un juzgado laboral británico en julio, argumentando que la expansión de la aplicación, que permite a los usuarios contratar y pagar un taxi privado a través del teléfono celular, estaba actuando deslealmente al no brindar ciertos derechos laborales.
La decisión podría afectar además a otros miles de personas que operan para firmas del “sector de empleo informal”, como el servicio de entrega de comida Deliveroo, en el que muchos individuos trabajan a diario para múltiples empleadores sin un contrato fijo.
“Esta es una victoria monumental que tendrá un impacto enormemente positivo para los conductores (de Uber) (…) y para miles de personas más en otras industrias donde abunda el falso trabajo autónomo”, dijo Maria Ludkin, directora legal del sindicato GMB, que llevó el caso a la justicia.
Uber, que está valuada en 62.500 millones de dólares y cuyos inversores incluyen a Goldman Sachs y GV -antiguamente conocida como Google Ventures-, ha enfrentado protestas, prohibiciones y acciones legales en todo el mundo.
El servicio con sede en San Francisco había argumentado que sus más de 40.000 conductores en Reino Unido gozan de la flexibilidad de poder trabajar cuando quieren y recibir en promedio mucho más del doble que un salario mínimo.
“Si bien la decisión de esta audiencia preliminar sólo afecta a dos personas, la apelaremos”, dijo el director general de Uber en Reino Unido, Jo Bertram.