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Un ejecutivo furioso al gerente de IT: “¿Este pequeño cambio llevará tres meses de trabajo?”

Wal-Mart, Fedex y Dell son algunas empresas que han convertido a la alineación de sus proyectos de IT con las prioridades de negocio en una gran ventaja competitiva. Gracias a un cuidadoso planeamiento del diseño e implementación de IT a lo largo de las distintas áreas, han logrado construir completos sistemas de información para coordinar con la máxima eficiencia sus operaciones.

Sin embargo, sostiene una investigación del MIT, estas organizaciones son una excepción. En la mayoría de las empresas, es común la existencia de un abismo de incomprensión entre los ejecutivos responsables del negocio y los encargados de los sistemas de información.

Los ejecutivos no comprenden por qué todos los proyectos parecen convertirse en agujeros negros que consumen enormes cantidades de dinero (y, para colmo, nunca cumplen los plazos previstos para la implementación).

Si usted es un ejecutivo que, sin saber mucho de tecnología, ha tenido que lidiar con gente de IT, en más de una oportunidad le habrá ocurrido de reprocharles: “¿Este ínfimo cambio en el sistema llevará tres meses de trabajo? ¿Qué hacen ustedes con su tiempo? ¡Lo necesito mañana mismo!”

Desde luego, la persona de IT intentará explicarle que el cambio, aunque parezca sencillo, exige ajustes en decenas de lugares porque, a lo largo del tiempo, la organización ha implementado proyectos incompatibles en distintas áreas sin una preocupación por la coherencia global.

En efecto, esto es resultado de una falta de alineación entre las prioridades de negocio y los proyectos de tecnología. Con frecuencia, cada área implementa soluciones de IT destinadas a resolver sus problemas específicos.

Así, advierten los investigadores del MIT, los sistemas de información de la empresa acaban siendo un enjambre de implementaciones inconexas con programas superpuestos e incompatibles.

Para el conjunto de la organización, esto significa la pérdida de oportunidades para concretar economías de escalas. Y, para el ejecutivo, significa que aquel pequeño cambio que pide termina insumiendo largos meses de trabajo.

¿Cómo evitar estos problemas?

En primer lugar, advierte la investigación del MIT, es necesario partir de buen diagnóstico de la situación. Y éste debe hacerse sobre la base de una serie de preguntas para detectar adónde se encuentran los principales problemas:

1) ¿Nuestros proyectos de IT son finalizados en tiempo y forma? ¿Se cumplen los plazos? ¿Se cumple el presupuesto?

2) ¿Nuestros sistemas de IT son confiables?

3) ¿Existe, dentro de nuestro portafolio de aplicaciones, ciertos programas que realizan funciones similares?

4) ¿Estamos tercerizando las actividades correctas?

5) ¿Nuestra gente de IT comprende perfectamente las prioridades del negocio?

6) ¿Las prioridades de nuestros proyectos de IT se encuentran alineadas con las prioridades del negocio?

7) ¿Los ejecutivos participan activamente en los proyectos de IT?

8) ¿Nuestros sistemas de IT proveen a las áreas de negocio con la información correcta, bajo la forma correcta, en el momento correcto y en el lugar indicado?

Según los investigadores del MIT, prácticamente todas las causas de fracaso de los proyectos pueden encontrarse en estas preguntas. Así, cualquier intento por resolver la situación debería comenzar por encontrar respuestas para estos interrogantes.

En definitiva, si usted es un trabajador de IT (o un ejecutivo frustrado por la lentitud de la gente de sistemas) no se pierda esta investigación del MIT. Aquí hay muchos consejos útiles para que los proyectos de IT no queden desconectados de la estrategia corporativa. Así, quizá pueda evitar un sinnúmero de frustraciones.