La decisión del presidente Mauricio Macri y del jefe de Gabinete Marcos Peña de mantener el rango de Ministerio a Agroindustria es sin duda alguna un paso fundamental para lograr el objetivo de tener un sector fuerte y representativo.
Los números y el crecimiento que viene mostrando la agroindustria son contundentes y muestran el verdadero grado de importancia de un sector pujante y clave a la hora de eliminar el hambre, reducir la pobreza y generar empleo genuino y arraigo en el interior.
Actualmente la actividad agroindustrial aporta el 18 por ciento del PBI argentino. El campo en su conjunto invierte alrededor de 40 mil millones de dólares por año representando el 60 por ciento del total de las exportaciones del país.
Hay mucho por trabajar y mejorar en materia de competitividad. Hoy nuestro país se ubica en el séptimo puesto como productor mundial de alimentos. Sin embargo, no figuramos en el ranking de los 10 principales exportadores.
Para que la agroindustria siga creciendo y aportando recursos a todos los argentinos es primordial contar con la representación política adecuada manifestada en los hechos en un Ministerio de Agroindustria de puertas abiertas y funcionarios competentes, tal como ocurre en la actualidad.
Tenemos claro que la única forma de ir aumentando de manera significativa la capacidad productiva del país es a través de un Ministerio fuerte capaz de consensuar con el resto de las carteras y el propio presidente de la Nación la toma de decisiones.
El trabajo público-privado que venimos realizando hay que profundizarlo evitando errores del pasado con una mirada integradora hacia el futuro en un mundo que está esperando con ansias que volvamos a ser un gran mercado de alimentos.