Cabaña Las Dinas (www.lasdinas.com.ar), una histórica fábrica de chacinados gourmet de Tandil, trabaja con la filosofía de generar productos nobles y deliciosos, cuidados desde la elaboración y las materias primas utilizadas.
En sus dos locales de Buenos Aires preparó una oferta de sabores novedosos para sorprender en su línea de salames.
Este embutido se logra conservando la carne por acción de la sal y las especias (pueden ser suaves, picantes, aromáticas, dulces y más). Esta acción es sumamente longeva y se considera un legado común a todos los hombres. En su fabricación cobra protagonismo la mano del experto que lo hace, pues será el que seleccionará la calidad de la carne y el calibre de la tripa.
Un buen salame debe estar embutido en tripas gruesas de aproximadamente 5 a 6 cm de diámetro y además tener un largo de unos 10 a 12 cm. Su color exterior tiende a los blancos, con tonos ceniza o crema, algo que indica su maduración y la formación de mohos (llamado proceso de emplume). Para que logre la dureza ideal debe ser secado de manera lenta pues solo se logra con estacionamiento. En su interior, se observa un color rosa intenso o bordó y debe tener brillo.
Al momento de comerlo, lo mejor es cortarlo a 45° para tener una vista completa de su aspecto y para que fluyan los aromas. Obviamente, es ideal para una picada acompañada por un vino tinto.