Conducir en la nieve puede resultar todo un reto, con la posibilidad de que una nevada reduzca considerablemente la visibilidad dentro del vehículo, una situación a la que se enfrentan los conductores en distintos lugares del mundo.
Si los coches autónomos están destinados a convertirse en una realidad, deben ser capaces de circular por rutas cubiertas de nieve. Por eso, Ford reveló esta semana seis datos sobre su tecnología que permiten que un coche circule de manera autónoma en la nieve.
1. Mapear el camino: Para operar en la nieve, los vehículos Ford Fusión Híbridos autónomos primero necesitan escanear el entorno para crear mapas digitales 3D de alta resolución. Al recorrer la ruta de pruebas en temperaturas favorables, el vehículo autónomo de Ford crea modelos digitales de alta precisión de la ruta y las infraestructuras circundantes utilizando scanners LiDAR que generan un total de 2.8 millones de puntos láser en un segundo. El mapa resultado sirve como base que se utiliza para identificar la posición del coche cuando conduce en modo autónomo. Utilizando los sensores LiDAR para escanear el entorno en tiempo real, el coche puede ubicarse en la zona mapeada más tarde, cuando la carretera está cubierta de nieve.
2. Plan de datos ilimitado: los vehículos autónomos de Ford recopilan y procesan más datos de mapeado en una hora que el usuario medio de un teléfono móvil en 10 años. Mientras mapean su entorno, los vehículos autónomos de Ford recopilan y procesan un conjunto diverso de datos sobre la carretera y los elementos circundantes: señales, edificios, árboles y otras características. El coche recopila hasta 600 gigabytes de información por hora, que utiliza para crear un mapa 3D de alta resolución de la zona. En los Estados Unidos, el usuario medio de un plan de datos de telefonía móvil utiliza cerca de 21.6 gigabytes al año o, lo que es lo mismo, 216 gigabytes en 10 años.
3. Sensores superinteligentes: Ford utiliza sensores LiDAR que son tan potentes que incluso pueden identificar copos de nieve y gotas de lluvia. Los vehículos autónomos de Ford generan tantos puntos láser de los sensores LiDAR que algunos incluso pueden detectar los copos de nieve o las gotas de lluvia que caen, devolviendo la falsa impresión de que hay un objeto en el camino. Por supuesto, no hace falta maniobrar para evitar la lluvia, así que Ford, en colaboración con investigadores de la Universidad de Michigan, creó un algoritmo que identifica la nieve y la lluvia, filtrándolas del sistema de visión del coche para que pueda seguir su recorrido.
4. No es el típico navegador: La manera en que los vehículos autónomos de Ford identifican su ubicación es más precisa que el GPS. Cuando se piensa en la navegación de vehículos, se suele pensar en el GPS. Pero allá donde el GPS actual tiene una precisión de poco más de 10 metros, el funcionamiento de vehículos autónomos requiere la ubicación. Al escanear su entorno en busca de puntos de referencia y comparar esa información con los mapas 3D almacenados en sus bancos de datos, los vehículos autónomos de Ford pueden determinar su propia ubicación con una precisión de centímetros.
5. No hacen falta gafas: La fusión de sensores, la combinación de datos provenientes de múltiples sensores, y la monitorización inteligente de la salud del sensor ayudan a mantener la visión de los vehículos autónomos de Ford. Además de los sensores LiDAR, Ford emplea cámaras y radares para monitorizar el entorno del vehículo, con los datos generados a partir de todos esos sensores combinados en un proceso conocido como fusión de sensores. Este proceso resulta en una sólida conciencia situacional de 360 grados.
6. Sin manos: la primera persona al volante de una prueba de conducción autónoma en la nieve es un astrofísico que nunca soñó que subiría en un coche autónomo. Antes de que Wayne Williams entrase a formar parte del equipo de vehículo autónomo de Ford, trabajó en tecnologías de sensor remoto para el gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, nunca pensó que un día formaría parte de un equipo que trabajase para convertirlos en realidad, ni mucho menos que estaría a bordo del vehículo autónomo que realizase la primera prueba en un entorno nevado. El ambiente dentro del coche ese día fue bastante normal, recuerda con un compañero de trabajo que se encargó de monitorizar el sistema informático desde el asiento de atrás. “Debido al amplio trabajo de desarrollo, confiábamos en que el coche haría exactamente lo que le pidiésemos”, afirma Williams. “Hasta después del test no nos dimos cuenta del logro que suponía”.
Ford es el primer fabricante de automóviles en realizar pruebas públicas de funcionamiento de vehículo autónomo en la nueve. Las pruebas de ruta en invierno tienen lugar en Michigan.