Ante el hecho ocurrido, Volkswagen decidió dejar suspendido de sus funciones al Jefe de Relaciones Externas Thomas Steg hasta que estos asuntos se hayan investigado por completo. En su ausencia, el responsable de Política Internacional y Europea, Jens Hanefeld, asumirá su cargo.
Volkswagen sigue arrastrando el problema de una cultura de empresa en la que fallaba la comunicación entre los distintos niveles de responsabilidad. Volkswagen financió a la organización Grupo de Investigación Europeo en Medio Ambiente y Salud en el Sector del Transporte (EUGT), y que esta encargó a un laboratorio de Estados Unidos experimentar con macacos.
También encargó a la Universidad de Aquisgrán hacer algo parecido con humanos voluntarios. El objetivo de las investigaciones era comprobar si había efectos en la salud ante la exposición de gases de escape de motores Clean Diesel. Los macacos recibieron los gases en urnas de contención, los voluntarios tuvieron una exposición menor simulando un entorno de trabajo.
El fabricante renegó oficialmente de esas pruebas, y ha iniciado una investigación interna para determinar qué empleados tuvieron conocimiento de la metodología de los experimentos y por qué no se hizo nada al respecto. La 1ra cabeza de turco es Thomas Steg, el responsable de relaciones externas y sostenibilidad del Grupo Volkswagen.
“Actualmente estamos en el proceso d e investigar el trabajo de EUGT, que se disolvió en 2017, y sacar todas las consecuencias necesarias. El señor Steg ha declarado que asumirá toda la responsabilidad”, ha afirmado el presidente de Volkswagen, Matthias Müller.
En unas declaraciones al diario alemán Bild, Steg ha indicado que lo que sucedió “no debería haber ocurrido”. Además, ha añadido que “nunca más” se van a hacer pruebas con animales.
Por su parte, Müller ha declarado que los métodos utilizados por EUGT en USA “estaban equivocados, no eran éticos y eran repulsivos”. Además, ha dicho que lamenta que la compañía haya estado involucrada en el asunto como uno de los financiadores de EUGT.
Este caso se une al destapado por dos periódicos alemanes, Stutt garter Zeitung y Süddeutsche Zeitung, que han asegurado que EUGT realizó ensayos con 25 personas a las que sometió a la inhalación de dióxido de nitrógeno (NO2), gas que procede principalmente de los tubos de escape de los vehículos.
“Estas pruebas en monos o incluso humanos son éticamente injustificables”, ha asegurado el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert.
Steg lleva trabajando para VAG desde 2012, tiempo después de haber colaborado con el Gobierno de Alemania en la época de Gerhard Schroeder (1998-2002). En una entrevista concedida a Bild, Steg comentó que el máximo responsable del Grupo, Martin Winterkorn, no tuvo conocimiento de los experimentos con monos.
Presuntamente, Winterkorn tampoco se enteró del escándalo de las emisiones hasta que estalló en 2015, lo cual ha de probarse todavía, aunque dimitió poco después. En teoría su sucesor, Matthias Müller, también se ha acabado enterando por la prensa. Pero claramente el no actuó solo.
Aquí es donde también está implicado James Liang, un ex ingeniero que trabajó en el desarrollo de los motores Clean Diesel en USA. Liang llegó a un acuerdo con la justicia en aquel país para rebajar su pena a cambio de contar cómo se trabajó en esa época en Volkswagen North America. Le cayeron 40 meses de cárcel.
Fue Liang el que llevó el Volkswagen Beetle de marras -un 2.0 TDI Clean Diesel- hasta el laboratorio de Alburquerque en el estado de New Mexico. Se quería marcar distancias con un Ford F-250 Diesel de 1999, no sobraban los turismos para hacer comparaciones porque desde mediados de los 80 prácticamente fueron erradicados con las normativas medioambientales de allí.
La investigación interna desvelará con el tiempo nombres y cargos. Volkswagen tiene una imagen pública muy afectada, la cual es muy mejorable desde septiembre de 2015, pese a sus récords de ventas y beneficio últimamente.
En Alemania esto puede hasta condicionar la formación del gobierno, ya que está negociando la Unión Socialcristiana (CSU) de Angela Merkel con el Partido Socialdemócrata (SPD).
También está provocando un debate en la comunidad académica sobre dónde están los límites de la ética. Al final, el humo del motor diésel sigue siendo cancerígeno por muchos estudios que se hayan hecho intentando refutar eso.
Fuente: Urgente 24