Elon Musk, CEO de Tesla, está perdiendo rápidamente terreno frente a los fabricantes chinos de autos eléctricos en lo que era su segundo mercado más importante.
El ascenso de las marcas locales
Hace unos años, Tesla dominaba el mercado chino de vehículos eléctricos. Sin embargo, hoy los conductores chinos están optando cada vez más por marcas locales que ofrecen tecnología más avanzada y precios más competitivos.
Liu Jie, una joven de 32 años, es un ejemplo claro de este cambio. Cuando decidió comprar un auto eléctrico en octubre, Tesla estaba en su lista de opciones. Pero después de probar varios modelos chinos, eligió un sedán deportivo de Xiaomi, una marca conocida por sus smartphones y electrodomésticos inteligentes.
“Xiaomi es más moderno. Tesla, para mí, es un poco común. Ves el Tesla Model Y por todas partes”, comentó Liu en Beijing.
No es personal, es el mercado
Aunque Tesla sigue siendo una marca respetada y Elon Musk es admirado en China, la competencia local se ha vuelto feroz. Marcas como BYD están ganando terreno rápidamente, ofreciendo vehículos más eficientes y, en algunos casos, a la mitad del precio de un Tesla.
En los primeros dos meses de este año, BYD vendió 481,318 autos, un aumento del 75% respecto al mismo período del año pasado. Mientras tanto, Tesla vendió 60,480 vehículos, una caída del 14%.
El impacto de la economía y las políticas gubernamentales
La crisis inmobiliaria y la desaceleración económica en China han afectado el poder adquisitivo de los consumidores. Para estimular las ventas, el gobierno comenzó a ofrecer subsidios hace un año para que las personas renueven sus autos viejos. Estas políticas han beneficiado tanto a las marcas locales como a Tesla, pero no han sido suficientes para revertir la tendencia a favor de los fabricantes chinos.
El futuro de Tesla en China
A pesar de los desafíos, Tesla sigue siendo un jugador importante en el mercado chino. Sin embargo, la competencia local y las cambiantes preferencias de los consumidores plantean un escenario complicado para la compañía.
Fuente: The New York Times