No hace tanto tiempo que hablar de una versión deportiva significaba renunciar a un alto confort de marcha, a los consumos ajustados y a la practicidad. Sin embargo, y por suerte, hoy podemos tener una variante deportiva con muy buenas prestaciones manteniendo prácticamente los mismos niveles de confort y la misma practicidad por su carrocería. Esto se aprecia especialmente en modelos como el nuevo Ford Focus ST Sportbreak.
Tres meses atrás, a mediados de febrero, la marca del óvalo azul desvelaba el Ford Focus ST en carrocería compacta de 5 puertas, siendo presentado oficialmente en el Salón de Ginebra. Ahora ha hecho lo propio con el modelo familiar Sportbreak; un vehículo que recurre a la misma técnica y motorizaciones que su hermano hatchback, llegando al mercado durante este verano. Veámoslo detalladamente.
Naftero o diésel, vos elegís
Ford se ha guardado muchos detalles de este nuevo Ford Focus ST Sportbreak, como las prestaciones o dimensiones exteriores. De todos modos, conociendo ya las versiones mecánicas del ST en 5 puertas y el tamaño del familiar en las versiones convencionales, poco pueden ocultarnos.
El caso es que este ST Sportbreak, como el compacto, también se puede adquirir con dos motorizaciones muy distintas. Por un lado tenemos la variante naftera. Recurre a un motor 2.3 Ecoboost de cuatro cilindros, el cual desarrolla 280 CV y que puede asociarse a una caja automática de siete marchas opcionalmente, siendo manual de seis de serie. Por otro aparece la variante diésel, que es ni más ni menos que un 2.0 litros con 190 CV, vinculado a una caja manual de seis velocidades.
Aunque está claro que los motores diésel no casan demasiado con los deportivos, lo cierto es que de este modo cubren las necesidades de un posible cliente que quiera una estética y configuración deportiva, pero que realice muchos kilómetros anuales y necesite un propulsor más ahorrador.
Estética deportiva, pero sin ser demasiado especial
La estética juega un papel fundamental en este tipo de coches. Debe existir cierta diferencia con las gamas “normales”, pero tampoco pasarse de extremo porque un diseño demasiado llamativo o forzado puede arruinar las comercializaciones del coche. Como veis, en este Ford Focus ST Sportbreak, han sido bastante prudentes.
Es cierto que existen cambios específicos, como los paragolpes, las llantas, las taloneras, los detalles en negro o las salidas de escape, pero no han querido arriesgarse demasiado pues estamos ante una carrocería familiar, por lo que en muchos casos serán adquiridos por personas que ya tienen algún pequeño en casa y, normalmente, no les gusta llamar la atención excesivamente.
Fuente: Actualidad Motor